Fue más la espera que el tiempo de show, pero los fanáticos se lo perdonaron todo, porque Guns N' Roses se subió al escenario, ante más de 13 mil personas, a las 00:25 de la noche, con más de tras horas de atraso.
Axl Rose, que llegó recién al aeropuerto de Santiago pasadas las 23:00 horas, abrió los fuegos con "Chinese democracy", la canción que le da nombre a su último trabajo, lanzado el 2008 y que lo tiene a él como el único miembro original de la banda.
Aunque los aplausos fueron automáticos, el fervor ocurrió con el segundo tema, "Welcome to the jungle", con el que todo el público, de todas las edades y estilos, saltó y coreó, dejando atrás las pifias que se escucharon en la extensa espera.
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Rose con la bandera, en uno de sus guiños al público. (Foto: UPI) |
Cada par de canciones, Axl Rose iba tras el escenario a cambiarse sus sudadas tenidas y a tomar algo de aire, aunque su ya no tan potente voz aguantó estoica las poco más de dos horas de concierto.
Le siguieron sus temas nuevos los que, aunque aplaudidos, no eran tan coreados como las canciones que convirtieron a la banda en un emblema del rock de los noventa.
"It's so easy", "Sweet child o' mine", "Knockin' on heaven's door" y "November rain" -esta última con Rose en el piano- y el público ya estaba rendido y entregado, en medio de la parafernalia del espectáculo, que incluía fuego y pirotecnia.
En medio de una lluvia de papeles y la aprobación de los seguidores, cerraron el concierto pasadas las 02:30 de la noche, con "Patience" y "Paradise city" y terminando así con los 18 años de ausencia de Axl Rose en Chile.
Sebastian Bach, un terremoto de rock & roll
En su primera visita a Chile, el ex Skid Row, Sebastian Bach, casi hizo olvidar al público que sólo eran los teloneros de la cita.
El músico, que uso torpedos en español para comunicar se con la fanaticada, gritó en escena que "estamos muy contentos de tocar en Santiago, pero muy tristes por el terremoto", anunciando que el único terremoto de la noche sería el del "rock & roll".
Conocidos temas como "Monkey business" y "In a darkened room" sonaron en la voz glam característica de Bach, quien tras poco más de una hora de show incluso llegó a emocionarse con la ovación que le dedicó el público.