El prelado se reunió en su residencia con José Murillo y con ex miembros de la Unión Sacerdotal.
Además, prohibió al ex párroco de El Bosque que tenga contacto con jóvenes.
Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago, recibió el pasado 29 de enero en su residencia a José Murillo, uno de los principales denunciantes al interior de la Iglesia Católica de los abusos sexuales cometidos por Fernando Karadima.
Ad
emás, según Ciper Chile, el 17 de enero se reunió con seis sacerdotes de la Unión Sacerdotal que controlaba Karadima y que el año pasado cortaron sus lazos con su tutor espiritual.
Fue la primera de una serie de reuniones en las cuales Ezzati recogió, entre otros aspectos, la preocupación de que Karadima estuviera aún en permanente contacto con jóvenes, tal como lo había dicho hace meses a la justicia el canciller del Arzobispado de Santiago Hans Kast.
Una de las primeras medidas que tomó Ezzati al asumir su nuevo cargo fue prohibir que Karadima tuviera contactos con jóvenes. Al menos hasta la llegada del negativo pronunciamiento del Vaticano, que diversas fuentes consideran "inminente".
En tanto Francisco Costabal, actual presidente de Acción Católica, sacó las innumerables pertenencias personales que Fernando Karadima había acumulado en la parroquia de El Bosque.
Actualmente, Karadima se encuentra en el convento de las Siervas de Jesús de la Caridad, ubicado en General Bustamante 586, donde existe una residencia de ancianas.
"Me mandaron a decir que no está", respondió una religiosa cuando Ciper Chile preguntó por Karadima. Por teléfono, en cambio, otra monja respondió que el sacerdote no podía atenderlos pues se encontraba haciendo misa.
