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El arzobispo indicó que la investigación eclesial sobre el sacerdote "se encuentra bastante avanzada". (Foto: UPI) |
El arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, envió una carta este fin de semana a todos los párrocos de la arquidiócesis para que "conozcan el parecer y el proceder" de las autoridades eclesiales ante los casos de pedofilia en el mundo y en particular las acusaciones contra el sacerdote Fernando Karadima.
En la misiva, el cardenal revela que "las primeras denuncias formales, firmadas por (...) tres personas que aseguraban haber sido víctimas del sacerdote, llegaron paulatinamente a partir de mayo de 2005" y "las entregamos, como lo piden las normas de la Conferencia Episcopal, al promotor de justicia de ese entonces".
Sobre estos "presuntos hechos echaba su sombra la prescripción que establece el derecho canónico. Por otra parte, existían innumerables y contundentes testimonios a favor del P. Fernando Karadima. Después de una primera investigación, y de encauzar las cosas de manera adecuada, dejé en suspenso la causa, esperando nuevos antecedentes, profundizando los ya obtenidos y haciendo nuevas consultas a peritos en materia jurídica canónica".
El cardenal explica en el texto que "casos de esta naturaleza son tan excepcionales, que consideramos necesario consultar a peritos de la Santa Sede en este campo", proceso que se ha llevado a cabo ".con rigor y responsabilidad".
Pero ante las denuncias presentadas actualmente, Errázuriz indicó que los antecedentes se entregaron al "nuevo Promotor de Justicia, nombrado en 2009", a quien se solicitó que indagara "a fondo los hechos, examinara la veracidad de las denuncias, ofreciera la posibilidad de defenderse al sacerdote acusado, y propusiera, si fuese el caso, la declaración de inocencia o las medidas pertinentes".
"Este procedimiento, que aún no ha concluido, ocurre con total reserva, para proteger la libertad de quienes denuncian, defienden y dan testimonios, y preservar el buen nombre de todos ellos. Se encuentra bastante avanzado", indica la carta.
En cuanto a sus conceptos generales, el mensaje de Errázuriz reitera ideas ya expresadas por las autoridades católicas, como que "no hay lugar en el sacerdocio para quienes abusan de menores; a la vez, pide perdón "a las personas directamente afectadas y a las comunidades que en Chile han visto en algún sacerdote motivo de escándalo", y los llama "a comunicarnos estos hechos" ya que "es total nuestro compromiso de velar incesantemente porque estos gravísimos delitos no se repitan".