"Nos pilló anticipadamente", en plena modernización, dijo la directora sobre el 27 de febrero.
Además, desestimó las críticas de la alcaldesa de Concepción y su antecesor.
La directora de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), Carmen Fernández, reconoció que la catástrofe generada por el terremoto y tsunami del 27 de febrero sobrepasó las capacidades del organismo, que está en pleno proceso de modernización.
"En ninguna parte del mundo órganos de emergencia, en una situación claramente de catástrofe, están exento de críticas", resaltó Fernández, reconociendo que "una catástrofe es precisamente cuando el país ve sobrepasada sus capacidades, y eso ha ocurrido particularmente expresadas en las propias capacidades de Onemi, y eso no lo puedo desconocer".
"Esta catástrofe nos ha sorprendido en un proceso de desarrollo institucional" que se lleva a cabo desde el 2006: "no tenemos un órgano con las suficientes capacidades para enfrentar un evento de esta naturaleza, el más grande en 50 años".
"Nos pilló anticipadamente y en eso he sido honesta en plantearlo", recalcó Fernández, quien también aprovechó de responder a las críticas de Alberto Maturana, su antecesor y de quien fue colaboradora, asegurando que son "dolorosas" cuando fue el mismo modelo que éste instauró el que falló.
Según Fernández, con sus ideas se generó "un plan nacional de protección civil, a mí me llama la atención porque lo que falló precisamente fue su modelo, aquí lo primero que colapsa en una catástrofe es el nivel local y nosotros intentamos defender su modelo a ultranza".
Fernández también se defendió de las críticas de la alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe de no prever la lluvia que azotó la ciudad, porque "hicimos todo lo que era factible hacer", enviando más de cinco mil carpas y nylon para proteger a la gente, y señaló que no ha tenido "ningún contacto" con ella.
