La mujer recibió duro correos eléctronicos y llamadas por sus dichos en enero pasado.
Por ello presentó una denuncia que fue declarada admisible por los tribunales.
Luego de las polémicas declaraciones que realizó la vecina del condominio "El Algarrobal II" de Chicureo, Inés Pérez, porque "nanas y obreros" caminen por las calles del recinto, la mujer recibió intimidantes correos electrónicos con amenazas, luego de convertirse en lo más comentado en Twitter.
Esto motivó la presentación de una querella por el delito de amenazas de muerte en el Juzgado de Garantía de Colina, el 1 de marzo, la cual fue admitida a trámite.
Su abogada, Pía Fuentes, señaló que entre las diligencias solicitadas está investigar los llamados recibidos, además de pedir a la Brigada del Cibercrimen que indague la creación de cuentas electrónicas anónimas para el envío de las amenazas.
Las amenazas
El 16 de enero, la mujer recibió un correo electrónico que decía: "Todos tus datos están en internet, todo tipo de datos. Tu vida cagó (...) y también se la cagaste a tus familiares, ya que también están sus datos, hija de puta, estrecha de mente de mierda".
El remitente del e-mail es desconocido por la afectada. Ese mismo día recibió otro mensaje en su buzón: "Vas a morir el 24 de enero, lamentablemente soy un desquiciado psicópata esquizofrénico hijo de nana y mi padre obrero", consigna La Segunda.
Este último mensaje incluía el nombre y el apellido del remitente, por lo que Pérez interpuso una denuncia por amenazas el día 27 de enero.
El último correo electrónico que amedrentó a la mujer fue uno que, el 17 de enero, señalaba: "Que te quede claro ines, sabemos donde vives [se señala la dirección exacta], sabemos que tienes dos hermanas [se indican sus nombres], tenemos tu rut [se apunta el número], tu numero de celular, sabemos que estas en dicom, que te quede bien claro, no salgas a la calle, por que si te vemos en ella, te lincharemos hasta matarte, para que sepas que por puta idiota que la gente como tu es la que no debe andar caminando libre por la calle..." (sic).
Además de los correos electrónicos, Pérez también recibió llamadas telefónicas en su hogar, igualmente con amenazas de muerte, pero al no contar con identificador de llamados, fue imposible rastrear de dónde provenían las llamadas.
