Molesta, la Mandataria pidió respeto para terminar de hablar.
"Les pido respeto, para estas familias que como ustedes, desean justicia", dijo.
La Presidenta Michelle Bachelet fue interrumpida por dos manifestantes que se subieron a una torre durante su discurso de inauguración del Museo de la Memoria.
"Les pido respeto, para estas familias que, como ustedes, desean justicia. Así que yo le pido respeto por el dolor de estas familias que como ustedes quieren justicia", señaló con notoria molestia, la Mandataria.
"En democracia se hace justicia y se hará justicia, eso es lo que nosotros podemos asegurar", añadió, tras parar de leer su discurso.
Una de las manifestantes se identificó como hermana de Matías Catrileo, joven asesinado por un carabinero en una manifestación de mapuches en la Araucanía.
Las mujeres, que estuvieron arriba de una de las torres de iluminación por más de tres minutos, fueron retiradas del lugar por guardias y luego detenidas por Carabineros.
En el discurso, la jefa de Estado se expresó emocionada por la construcción de este museo y agradeció el trabajo de todos los "defensores de derechos humanos" que trabajaron en dictadura.
Esta no es la única polémica que se produjo en la ceremonia, ya que antes de que llegara la gobernante, el escritor peruano Mario Vargas Llosa fue pifiado por algunas personas del público, quienes le recriminaron su apoyo al candidato Sebastián Piñera.
En la cita se encontraban distintas autoridades nacionales e internacionales, invitadas para inaugurar el establecimiento, que se enmarca dentro de los proyectos del Bicentenario.
La obra recuerda a las víctimas de las violaciones a derechos humanos cometidas durante la dictadura, con objetos, documentos, material de audio y video.
El edificio de varios pisos, con 5.600 metros cuadrados, está ubicado en la calle Matucana esquina Catedral y se abrirá al público de manera gratuita desde el día martes.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) felicitó durante la jornada a Chile, por la inauguración del museo, que representa, dijo, un importante símbolo de la lucha contra la impunidad y de una cultura que se basa en el respeto a los derechos humanos.
