Teodoro Ribera indicó que la medida permitirá hacer frente al hacinamiento carcelario.
Recalcó que existe una población penal de 42 mil personas para 37 mil plazas.
Teodoro Ribera, ministro de Justicia, espera que la ley de conmutación de penas, cuyo origen guarda relación con la tragedia de la cárcel de San Miguel, pueda salir a la luz a más tardar en enero y así hacer frente al hacinamiento penal.
"E
stamos tramitando una ley de conmutación de penas, es decir personas que han cumplido una pena tendrán que cumplir otra, particularmente para los extranjeros, alrededor de 1.500, que abandonarán el país con la prohibición de ingresar a Chile por 10 años", indicó a El Diario de Cooperativa.
Ribera agregó que también beneficiará a "las personas que están cumpliendo reclusión nocturna, una vez que esta ley se apruebe tendrán que dejar de dormir en Gendarmería. Esta ley esta en el Senado en su tercer tramite constitucional y esperamos que esté lista en diciembre o en enero".
El titular de Justicia explicó que "en Chile hay 54 mil personas privadas de libertad, el 20 por ciento de ellos son imputados y el 80 por ciento de ellos ya tiene condena definitiva. Es decir, hay cerca de 42 mil personas que están condenadas y privadas de libertad".
"Nuestra capacidad penal óptima es de 37 mil personas, vale decir tenemos un hacinamiento sustancial a nivel nacional, que dadas las labores realizadas por Gendarmería, hemos procedido a distribuir equitativamente la población en diversos penales del país", argumentó.
Teodoro Ribera detalló que "esperamos durante este Gobierno implementar planes para construir alrededor de 8.500 nuevas plazas penales, más las cárceles concesionadas que se han demorado en entregar y esperamos llegar a las 10.000 plazas penales".
Además, señaló que se instalarán nuevas cárceles en Copiapó, Talca, en las cercanías de Chillán y en Santiago.
