La periodista Mónica González, directora de Ciper Chile, que reveló el rechazo de 10 sacerdotes al cuestionado Fernando Karadima, acusado de abusos sexuales, señaló que en su investigación se ha encontrado con "una secta" que seguirá entregando más "sorpresas".
González, en diálogo con Una Nueva Mañana, explicó que la motivación del reportaje fue que hubiese pagos a testigos y eventuales víctimas, investigación que los llevó a descubrir "que Fernando Karadima tiene una intrincada red para esconder las propiedades".
Así, el RUT de la iglesia es el mismo de la Unión Sacerdotal, que Karadima refundó y que acoge a los sacerdotes de las iglesias más masivas del sector popular, que compró propiedades que ninguno de los 50 participantes de la organización conocía y donde ocurrieron los abusos sexuales.
"La palabra la tiene Errázuriz"Según González, la investigación complica al obispo auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga, cabeza de la Unión y vicecanciller de la Universidad Católica ya que si se confirma que los millonarios pagos "que se hicieron al menos tres empleados (...) salieron de las contribuciones que hacen los fieles a la Iglesia (...) y eso significa que Arteaga tiene que responder por eso".
Ahora, afirmó que "la palabra la tiene el cardenal (Francisco Javier) Errázuriz, la tiene el arzobispado" porque a su juicio, "siguen las sorpresas. Estamos frente a una secta, yo diría, y pensaba que habían pocas cosas que me estremecían, y esto me sigue estremeciendo".
González dijo que los fieles que han interrogado "es gente que está muy dolida, quebrada" por lo que ocurre, ya que los integrantes de la Unión Sacerdotal dirigen las iglesias más grandes de las comunas populares de Santiago.
"Es muy impresionante el dolor que hemos palpado en ellos", dijo sobre los sacerdotes. "Esto nos ha provocado mucha ira, porque aquí hay una desidia e indiferencia de muchos por lo que se hace dentro de las iglesias y esto no puede continuar", añadió.