Los muros y el campanario de la iglesia de Conchi Viejo fueron encementados.
El CDE interpondrá una querella contra quienes resulten responsables.
La emblemática iglesia de la localidad norteña de Conchi Viejo, ubicada 80 kilómetro al este de Calama y establecida como monumento nacional en 1996, sufrió graves daños en su estructura, después de que se le realizaran trabajos de restauración.
Las paredes -interiores y exteriores- del establecimiento, además de su campanario fueron encementados, mientras que los frescos, que databan del siglo XIX, que adornaban sus muros fueron tapados con estuco. En tanto, el cementerio aledaño también fue intervenido.
La restauración fue autorizada por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), pero finalmente no se respetaron los términos estipulados para concretar el proceso.
Las obras fueron realizadas por constructoras de la región y comuneros de aldeas vecinas como Caspana y Río Grande, quienes se encargaron de darle las terminaciones a la estructura.
Tras el daño
Los trabajos en la iglesia fueron detenidos en mayo pasado, después de que en abril los denominados fabriqueros (comuneros encargados de vigilar el pueblo, la misma estructura y sus reparaciones) denunciaron el hecho en la fiscalía de Calama.
Rosa Galleguillos, líder del colectivo, señaló a El Mercurio que "el estucado es grotesco y se perdió la piedra original. Llegaremos a las últimas consecuencias, porque hubo intervenciones supervisadas por la directiva de la comunidad que no fueron autorizadas por Monumentos".
Por su parte, el secretario ejecutivo del CMN Emilio de la Cerda puntualizó que "es un daño grave y los trabajos fueron distintos a la ejecución planeada. Se colocaron mallas soldadas en muros, se sacaron pinturas del interior de la iglesia y el arreglo de pisos se hizo sin prospecciones arqueológicas".
El daño causado suscitó la intervención del Consejo de Defensa del Estado, desde dónde se aseguró que a más tardar la próxima semana se presentará una querella contra quienes resulten responsables.
