Na Li hizo historia en Australia al dejar fuera de la final a Caroline Wozniacki
La jugadora de origen chino avanzó por primera vez a la final de un Grand Slam.
La danesa, número uno del mundo, desaprovechó un punto de partido.
La jugadora de origen chino avanzó por primera vez a la final de un Grand Slam.
La danesa, número uno del mundo, desaprovechó un punto de partido.
La china Na Li (11ª de la WTA) ratificó su supremacía sobre la actual número uno del mundo, Caroline Wozniacki, y avanzó por primera vez a la final del Abierto de Australia tras superar a la danesa por 3-6, 7-5 y 6-3.
El duelo fue muy intenso, con muchos cambios en el estado anímico de las jugadores, en donde finalmente primó la concentración de la asiática.
La primera manga mostró un juego muy inteligente desde el fondo de la cancha de la danesa quien movió de lado a lado a la oriental, quien contrarrestó con un tenis muy agresivo, el cual la llevó a cometer varios errores no forzados que pagó caro.
La asiática jugará su primera final de Grand Slam. (Foto: EFE) |
Ambas jugadoras habían conseguido un quiebre por lado, pero la danesa en el sexto game aprovechó los constantes errores de la asiática y consiguió el quiebre que le permitió quedarse con el parcial por 6-3.
El segundo capítulo parecía muy favorable para Wozniacki, ya que consiguió un rápido break. De ahí en adelante fue administrando la ventaja y llegó a servir 5-4 y 40-30, pero Li sacó a relucir su concentración -lo que no tuvo la uno del mundo en los puntos claves- y revirtió la situación. Luego, sumó dos rompimientos para quedarse con el parcial por 7-5.
Después de ese importante envión anímico, la undécima mejor jugadora del planeta subió su nivel de juego y aprovechó las falencias de su rival en el tercer set para ganarlo por 6-3. Con este resultado, la asiática quien amplió su registro positivo sobre la danesa a tres victorias contra una derrota.
De esta forma, Li accedió por primera vez a la final en Melbourne y a la vez se convirtió en la primera representante de su país en disputar el trofeo de un Grand Slam.