La XV Cumbre Iberoamericana acordó este sábado las bases para elaborar una Carta Cultural Iberoamericana, que promoverá y protegerá las identidades culturales de la región, incluyendo las originarias y las afrodescendientes.
El documento aprobado por los jefes de Estado y de Gobierno de los 22 países participantes propugna varios principios y fines, entre ellos, afirmar el valor central de la cultura como pilar del desarrollo integral de la persona y de la cohesión social de los pueblos iberoamericanos.
Además, desea impulsar un desarrollo integrador que contribuya a superar la pobreza y la desigualdad.
Pretende también "promover y proteger las identidades culturales iberoamericanas", incluidas las "originarias y afrodescendientes", y las lenguas y tradiciones, así como sus capacidades creativas.
La Carta Cultural aspirará a estimular el diálogo entre las culturas iberoamericanas y del resto del planeta, así como fomentar la protección y difusión del patrimonio cultural y natural, material e inmaterial.
Busca, además, incentivar y proteger las obras científicas y culturales, y reforzar en los sistemas educativos el conocimiento y la valoración de la historia y diversidad cultural.
Fomenta también la adopción de medidas para aumentar la diversidad cultural en los medios de comunicación, y el reconocimiento de la riqueza del aporte de los inmigrantes a la interculturalidad.
Mediante esta carta se busca fortalecer las industrias culturales con apoyo económico y facilitar acuerdos de coproducción y codistribución de actividades, bienes y servicios culturales, especialmente en el ámbito audiovisual, el cine y la televisión.
Esta iniciativa pretende potenciar asimismo el respeto, mantenimiento y protección de los conocimientos, innovaciones y prácticas de las comunidades tradicionales, indígenas y afrodescendientes, y el reparto equitativo de los beneficios de su uso.
Con la carta se desea facilitar el diálogo y la cooperación sobre políticas culturales y apoyar las alianzas entre el sector público y el privado a favor de la diversidad de expresiones culturales.
También se quiere estimular la participación de la sociedad civil con el establecimiento de vías normativas e institucionales, y promover el intercambio de experiencias exitosas para la capacitación y gestión de políticas culturales del sector público, así como la utilización de las nuevas tecnologías. (EFE)