La columna de Leonardo Burgueño: Los aciertos y fallas de los ensayos de Rueda

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| Periodista Radio: Por Leonardo Burgueño

Revisa la opinión del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa luego de la gira de la Roja.

La columna de Leonardo Burgueño: Los aciertos y fallas de los ensayos de Rueda
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Por Leonardo Burgueño, @leoburgueno

Recambio es la palabra utilizada cada vez que juega la selección chilena. Según la RAE significa "pieza destinada a sustituir en caso necesario a otra igual de una máquina, aparato o instrumento".

Y en esa búsqueda está Reinaldo Rueda en este nuevo proceso de la Roja: en hallar esas piezas (jugadores) que puedan reemplazar a otras en la máquina (equipo).

Y el entrenador colombiano utiliza el famoso "ensayo-error" para intentar tener alternativas a un equipo que supo ser exitoso, pero que le faltó justamente "renovarse en ese éxito". Un intento que quizás debieron hacer los anteriores entrenadores que lograron títulos (Jorge Sampaoli y Juan Antonio Pizzi), pero que por diferentes motivos fueron postergando.

Ahora, con ocho partidos en el cuerpo y después de la derrota 3-0 ante Perú y la victoria 1-0 sobre México se remarcan algunos puntos.

Las pasadas de Isla necesitan una diagonal del extremo.

El lateral de Fenerbahce demuestra en cada partido que todavía no tiene relevo en su puesto, porque le aporta llegada o descargas ofensivas al equipo.

Tuvo diferentes compañeros por su banda desde los tiempos de Marcelo Bielsa donde repetían la "fórmula Udinese" con Alexis Sánchez. Hoy, a falta de ese socio, necesita un puntero que se cierre para dejarle el pasillo libre y es en ese punto donde Rueda se inclina por Angelo Sagal: un zurdo que busca hacia adentro y permite el trabajo externo del 'Huaso'.

Claro, que eso puede provocar lo que sucedió con México, que el wing rival (Corona o Lozano) no lo sigan y queden fijos como extremos para el contraataque y allí el central derecho (Enzo Roco) tenga que salir con muchos metros para frenar al rival.

Un primer pase dividido desde el fondo.

El DT ha demostrado en sus ocho partidos al mando de la Roja que se inclina por zagueros altos en el fondo.

Roco y Guillermo Maripán han sido los más utilizados y con equipos como Suecia, Dinamarca, Rumania, Serbia o Polonia discutían bien en la "cancha de arriba" con las referencias de área de los rivales (187 centímetros de promedio entre los cinco centrodelanteros).

Pero con jugadores más bajos y habilidosos, como lo que mostró Perú, se vieron en problemas.

Además, Chile pierde un primer pase prolijo en la salida y, ante México, muchas veces tuvo que salir con balones largos y a dividir de Bryan Cortés desde el fondo.

Pulgar acomodó el medio

El triángulo del mediocampo varió siempre uno de los vértices en esta pasada doble de amistosos. Se repitió Gary Medel (más centralizado y retrasado) y Arturo Vidal (como interior izquierdo).

El tercer hombre, el de la derecha, se modificó. Fue Matías Fernández ante Perú y Diego Valdés ante México. Pero recién con el ingreso de Erik Pulgar que el equipo tuvo más recuperación (algo que en la derrota del viernes se extrañó) y ordenó un poco el juego, a veces exageradamente "despeinado", de Vidal.

La orfandad del centrodelantero

No importa el nombre del que juegue de '9', porque le sucedió a Nicolás Castillo con Perú y a Alexis Sánchez con México: la pelota no le llega.

Los volantes no le acercan el juego ni lo ponen con ventaja con los centrales, los extremos (la mayoría de las veces con "pierna cambiada") cierran sus posiciones para que pasen los laterales, pero el balón no llega para el punta más adelantado. Entonces Castillo (el viernes) o Alexis (el martes) quedan aislados, sin alimentación.

El delantero de Manchester United trata de bajar a asociarse, pero queda siempre de espaldas al arco.

Las mejores llegadas en Querétaro estuvieron en los pies de Isla, Junior Fernández y la cabeza de Sagal (dos grandes tapadas de Hugo González).

La jugada del gol fue cuando Chile jugaba con dos atacantes y entre ellos fabricaron una pared para el tanto del ariete de Benfica.

Por algo, la Roja llevaba 304 minutos sin convertir y los siete tantos de la era Rueda no tenían sello de delanteros puros (Vidal, Marcos Bolados, dos de Maripán, Lorenzo Reyes, Valdés y Miiko Albornoz).

Un triunfo que ayuda para la confianza de las nuevas piezas que necesita Rueda para reemplazar algunas en la maquinaria de la Selección. Porque las Eliminatorias son largas y la Roja demostró en el camino a Rusia que con 13 jugadores no se hace un plantel y a la larga se paga.

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