El campeón olímpico se impuso en una cerrada competencia para demostrar una vez más su calidad como fondista. Etiopía festejó por dos, ya que su compatriota Sileshi Sihine se quedó con la plata.
El etíope Kenenisa Bekele revalidó su corona planetaria en los 10.000 metros, al imponerse este lunes en una disputada competencia en el Mundial de Atletismo de Helsinki, con un crono de 27 minutos, ocho segundos y 33 centésimas.
El triunfo del campeón olímpico de la especialidad fue acompañado por la gran actuación de su compatriota Sileshi Sihine, que con un crono de 27'08''87) dio a Etiopía el doblete en la competencia finlandesa, al término de una carrera que sólo se definió en los últimos metros.
El keniano Moses Mosop (27'08''96) logró la mejor marca de su vida para subir al podio como tercero, mientras que el español Juan Carlos de la Ossa, décimo con 27'33''42, fue el primer atleta blanco en cruzar la meta.
Bekele, rey indiscutible del fondo universal desde el declive de su maestro, Haile Gebreselassie, sólo atacó a fondo en los últimos 200 metros de la pista, ya que a diferencia de la final de París 2003, los etíopes no pudieron sacar una ostensible ventaja.
Nueve corredores, una cifra insólita por lo abundante, llegaron agrupados a la última vuelta, y las medallas se repartieron en un cerrado embalaje que premió con el bronce al atletismo keniano, sometido en los últimos tiempos a la "dictadura" de los etíopes.
La segunda corona mundial de 10.000 metros remata un año difícil para Kenenisa Bekele, en el que los éxitos deportivos estuvieron precedidos por una tragedia.
El 20 de marzo, Bekele honró la memoria de su novia, Alem Techale, muerta de improviso dos meses antes cuando entrenaba junto a él, con su cuarto doblete consecutivo en los mundiales de cross, que elevó a ocho la cuenta de sus títulos. (EFE)
