El campeón del mundo filipino baraja tres alternativas para una futura pelea.
Mientras el moreno aún prosigue con sus líos legales.
Las carreras del púgil filipino Manny Pacquiao y la del estadounidense Floyd Mayweather Jr. siguen por caminos opuestos a la espera conseguir un acuerdo para enfrentarse y decidir quién es el mejor del mundo.
Mientras Pacquiao trabaja en su país como congresista en el parlamento de Filipinas y estudia los candidatos entre los que salga su próximo rival, Mayweather Jr. sigue con los problemas legales y tuvo que pasar 12 horas en una cárcel de Las Vegas, por causa de la orden de arresto que había en su contra tras golpear en la cara a un agente de seguridad el pasado mes.
Pacquiao analiza tres alternativas para su próxima pelea.
Fuentes cercanas al promotor Bob Arum, el hombre que lleva los intereses de Pacquiao junto con Michael Koncz, asesor de confianza del campeón, aseguran que todavía no han tomado una decisión.
Lo que sí tienen ya claro es que la pelea se va a disputar el 7 de mayo y la sede elegida es Las Vegas (Nevada).
Se evalúan las opciones del ex campeón del peso welter Shane Mosley, el monarca actual de la misma división, el haitiano Andre Berto; y el campeón de peso ligero, el mexicano Juan Manuel Márquez.
Mosley es el favorito dado su mejor cartel. El ex monarca ha peleado con nombres que van desde Mayweather Jr., que fue el último que ganó y Oscar De La Hoya, que podría atraer más televidentes.
Mayweather, quien se hizo notar en septiembre por un vídeo donde ataca e insulta verbalmente a Pacquiao, enfrenta otros cargos por una disputa con la madre de sus hijos. En ese caso enfrenta una condena de 34 años de prisión si lo encuentran culpable.
