El chileno se presentó como titular en la final del Torneo de Apertura.
Fue reemplazado a los 60' por un hombre de contención.
Jugaron en el estadio de su clásico rival, fueron golpeados a los 2', y aún así, gracias a a un tremendo despliegue ofensivo coronado por Eduardo Vargas, Tigres UANL derrotó por 1-2 a Monterrey (2-3 en el global) y alzó el trofeo del Torneo de Apertura mexicano.
La cita inició con la ventaja de los "rayados", luego de un lujo de Rogelio Funes Mori. El argentino controló de pecho, asistió al colombiano Dorlan Pabón y este ejecutó con una zurda imparable.
La tempestad del equipo albiazul se mantuvo constante y amenazó por todos los sectores del arco defendido por Nahuel Guzmán, quien se vio incluso mejor con sus tapadas.
Al tener confianza en el fondo, los "felinos" adelantaron líneas y con una llegada por la derecha Jesús Dueñas combinó con el ariete chileno, el que sorprendió con un puntazo desde la medialuna que se coló por entre las manos de Hugo González (30').
Encendidos, los "universitarios" mantuvieron a su vanguardia en la última zona, y luego de conseguir un tiro de esquina, Francisco Meza cobró con un inmejorable cabezazo (35').
Tras el descanso los papeles volvieron a revertirse. Monterrey incrementó su volumen de ataque y commplicó en todo momento a los forasteros, lo que provocó la temprana salida de Vargas por un volante de contención (60')
La tensión encontró su punto más alto a los 78', cuando una falta de André-Pierre Gignac provocó un penal a favor del "rayado".
Desde los 12 pasos, el cafetero Avilés Hurtado intentó engañar a Nahuel con un tiro alto, pero al tomar el balón muy abajo falló con el control y mandó la pelota a las gradas, sentenciando un resultado que permitió a los Tigres quedarse con el "clásico regiomontano" y con su séxto título en la Primera División.
