La intención de las aerolíneas se unirse en la mayor firma del rubro a nivel mundial puede derivar en pasajes más caros y en menos opciones para volar en EE.UU.
La anunciada fusión de las aerolíneas Delta y Northwest -que deben aprobar organismos reguladores- representa un riesgo para los consumidores, según diversos análisis realizados por la prensa de EE.UU. este martes, luego de conocerse la unión comercial.
El negocio de 3,1 billones de dólares asoma como la creación de la mayor aerolínea del mundo, pero para los usuarios podría implicar menores opciones de viaje, mayores costos por ticket y menor acceso a ciertos vuelos.
La nueva compañía, que mantendría el nombre de Delta, representa además un símbolo de la consolidación de las empresas aéreas, que en unidades más pequeñas han tenido enormes dificultades para enfrentar las alzas en el precio del petróleo y la deteriorada economía estadounidense.
Tanto Delta como Northwest se acogieron en 2007 a medidas de protección ante la bancarrota.
En un comunicado conjunto, las firmas aseguraron que su modelo de negocios a gran escala permitirá hacer frente de mejor forma la volatilidad del mercado aéreo, operar una flota de 800 aviones, llegar a 390 destinos en 67 países y emplear a 75.000 personas alrededor del mundo.
Asimismo, el mercado estima que la fusión apurará la negociación similar que realizan United Airlines y Continental Airlines, que se podría concretar en semanas.
Claro que la operación deberá no sólo sortear regulaciones federales, sino que también el rechazo del Sindicato Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales, al que pertenecen 12.500 empleados de Northwest, con un favorable plan de retiro de parte de su actual empleador. (Agencias)
