Jorge Drexler: "No soy quien para opinar de Venezuela"

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Autor: Cooperativa.cl

El cantautor uruguayo llega a Chile en mayo para presentar su nuevo disco, "Bailar en la cueva".

En entrevista con Cooperativa repasó las claves del álbum, los cambios de paradigmas y la carta de una disidente antichavista que compartió en sus redes en febrero pasado.

Jorge Drexler:
 Warner Music

Jorge Drexler ahora maneja muy bien la bola disco.

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"Las personas cambian. No hay nada que me ponga más feliz que ver cómo un preconcepto caduca", dice Jorge Drexler alegremente al teléfono desde España. En una ronda de entrevistas con medios latinoamericanos, intenta explicar la transformación radical que vivió en los últimos diez años, desde ser el poeta profundo que escribió un verso como "los músicos no bailamos" (en su canción "Don de fluir", del año 2004), a dedicar un disco completo a su recién descubierto amor por el ritmo y el movimiento.

Eso precisamente es "Bailar en la cueva", el álbum lanzado en marzo que viene a ser el número 14 de su historia, y que el uruguayo llegará a presentar en mayo en tres conciertos en nuestro país, dos en Santiago y uno en Rancagua. Un trabajo formado por canciones bailables de alma latina y que representó todo un desafío, según contó en conversación con Cooperativa.

- Este disco representó todo un cambio de paradigma para un cantautor como tú. ¿Cómo se dio aquello?

- Desde hace unos años disfruto de un don que no me ha sido otorgado espontáneamente, lo cual todavía me parece más meritorio, que es haberme metido dentro del baile a voluntad propia y disfrutándolo. Me encanta ver cómo un prejuicio que uno tiene, inclusive consigo mismo de repente, como este caso, caduca con el paso del tiempo. Como dice la canción, oír el 'clac' con que se rompen los cerrojos. Eso me llena de alegría, saber que esa canción que quiero mucho como es 'Don de fluir", ha caducado.

- ¿Importa el modo o sólo las ganas de bailar?

- A veces me preguntan si bailo bien y lo que yo intento es ponerme en un estado de conexión con el baile que le quite el significado a esa pregunta. Además, hay dos maneras de bailar para mí: una es conectado, metido dentro de lo que uno está viviendo, y la otra es desconectado. Y no importa cuán técnico seas, si estás desconectado, bailar es una experiencia pobre y si estás conectado, no importa cuán carente seas de técnica de baile, lo que haces es hermoso, porque ver a una persona bailando conectada con lo que siente es un placer para esa persona sobre todo, pero también para los que lo rodean.

- ¿Te acuerdas del momento exacto en que dijiste "me gusta bailar, quiero bailar, voy a bailar, no importa como lo haga"?

- Si, lo que pasa es que "Don de fluir" es una canción antigua, una canción que empecé a escribir antes de venir a España inclusive, y ya desde los primeros años en España empecé a hacer cursos y talleres de movimiento, y talleres de movimiento emocional, que está a mitad de camino entre la terapia, el teatro y el baile. Y aprendí a disfrutar mucho de eso. No fue un momento en particular, fue como una ola que fue subiendo en mí, de la necesidad de recuperar tiempo perdido.

- Algo hay en eso por dejar atrás la autorepresión, también, ¿no?

- Si, para un hijo de la dictadura como soy yo, de varias dictaduras. Porque también salimos de la dictadura militar a la dictadura interior de la rigidez que se produce en la acera opuesta a la dictadura, en la resistencia. Yo me crié en un círculo de intelectuales de izquierda que tampoco bailaban, porque el mundo estaba para cosas más importantes, no para bailar. Luego caímos en manos de la dictadura del rock, que también censuraba el baile y mi generación entera por una sucesión de cosas, de las primeras veces que se alegró de bailar fue con Bob Marley, con The Police, en los '80 bien entrados.

Ana Tijoux: "Una fuerza de la naturaleza"

El disco "Bailar en la cueva" fue registrado íntegramente en Colombia, un país con el que Drexler dice tener una férrea y antigua conexión.

"Colombia me parece un continente musical, pero no sólo a nivel de la cantidad de músicas de raíz, rítmicas que tiene, muy poderosas. Sino por otra cosa que además tiene en común con Chile, que es que los músicos colombianos manejan muy bien la contemporaneidad. Los músicos chilenos también, en Chile hay una idea muy sana del pop, y muy sana del sonido contemporáneo. A mi me gusta mucho como se escribe en Chile hoy en día. En Colombia tenía ganas de grabar, porque además viví la experiencia colombiana desde chico. Mi abuelo materno vivió muchos años en Colombia, y me traía siempre los cassettes de Alejandro Durán, de ballenatos. Y siempre tuve la sensación de que quería ver eso en primera persona. Y cuando estábamos pensando ¿dónde podemos ir a grabar este disco? En el equipo todos estuvimos de acuerdo en que Colombia era un destino que nos encantaba a todos".

- En este álbum invitaste a varios músicos latinoamericanos, entre ellos la chilena Ana Tijoux, con quien ya habías trabajado antes. ¿Por qué decidiste renovar esa sociedad?

- Es un privilegio trabajar con Anita, soy un gran admirador de Anita, pero claro, eso no es original, la admira mucha gente desde Thom Yorke de Radiohead hasta muchos de los periodistas con que hablo en Estados Unidos, en México. Pero bueno, Anita es una fuerza de la naturaleza, tiene una fuerza en su voz y en sus palabras equiparable a su belleza física. Es un privilegio contar con una voz con esa personalidad, tiene una inteligencia que destila lo que dice Anita y una fuerza muy grandes. Además de esa elegancia que tiene para cantar y de ese timbre maravilloso, hermoso que tiene.

- ¿Y qué puso ella en "Universos Paralelos", el primer single del disco?

- Yo sentía que le faltaba algo a la canción. Que le faltaba otro universo paralelo, una voz de mujer, una voz con esa belleza que tiene la voz de Ana pero también con esa inteligencia. Quería como un cierre de la canción desde otro punto de vista. Y ella lo entregó, le agregó la dimensión que le faltaba a la canción al final, ese texto que ella canta por supuesto lo escribe ella también. Y estaba encantado también de repetir la experiencia. En su disco hicimos juntos una canción ella y yo, y entonces esto me parece que cerraba un ciclo. "Sacar la voz" me encantó, nos la nominaron a los Latin Grammys y me quedé con ganas de repetir la experiencia.

- Pero también contaste con otros músicos latinoamericanos importantes como Caetano Veloso o Visitante de Calle 13... ¿Por qué quisiste invitarlos a ellos?

- Mira, la única invitación planificada del disco fue la de Anita Tijoux, que levanté el teléfono y le dije "hola, soy el Jorge y necesito ayuda en una canción"... Los demás surgieron espontáneamente. Aunque parezca mentira, porque a Caetano tenerlo en un disco mío es un sueño que jamás soñé que fuera a suceder. Es algo que hace años me hubiera encantado que pasara y nunca pensé que fuera a darse. Con Caetano coincidimos en Bogotá... él estaba presentando su disco "Abraçaço", y yo fui a ver su concierto, me invitó él. Y luego nos invitó a cenar. Y en la mitad de la cena alguien, a quien le estaré siempre agradecido, dijo "bueno y ustedes dos para cuándo una colaboración". Y Caetano dice "cierto, si, me encantaría". Y le digo "bueno, tengo una canción para mandarte". Y le mandé "Bolivia", que además es una canción muy especial para mi. Relata la salida de mi padre con cuatro años, en el 39, y los abuelos junto con él escapándose del horror nazi de Alemania. Y siendo recibidos por Bolivia con una generosidad enorme que quise agradecer en esa canción.

- Has dicho que este es un "álbum para el cuerpo". ¿Eso implica que trabajaste menos las letras o que fue un proceso muy distinto a lo que habías hecho con los discos previos?

- Yo creo que las trabajé más, porque las trabajé con un criterio de síntesis, que es de destilado, de destilar lo que realmente hacía falta decir. Y dejar de lado lo que era redundante y lo que podía ser evitado en la canción para darle más contundencia a cada frase. Eso implica muchísimo trabajo, implica, además de escribir, un trabajo muy grande de recorte después y de selección. Entonces casi todas las canciones dejaron fuera un tercio o la mitad de su texto, en un afán de que lo que quedara tuviera un grado de concentración muy alto.

- ¿Se relaciona de igual forma con lo que habías hecho antes?

- Las canciones fueron escritas desde otro lado. Yo, por dar un ejemplo, a veces digo que me he dado cuenta últimamente hablando del disco que hay una especie de trilogía en mis últimos tres discos. "Amar la trama", un disco con la letra A y con el verbo amar, muy centrado en el pecho, en las emociones. La A es la vocal del dolor, del placer, del pecho abierto. Después a ese disco le sigue otro que yo también considero disco que es "N", que es un proyecto de 'aplicanciones', canciones en formato de aplicación que es un proyecto muy cerebral, de la cabeza. Del intelecto, que surge desde una idea con algunos ribetes hasta matemáticos de combinatoria en las canciones y aplicada a las canciones. Y este disco, "Bailar en la cueva", que viene del verbo bailar, que surge desde los pies, desde el polo opuesto, ni desde el pecho ni de la cabeza, sino del cuerpo, del centro motriz, del ombligo y de los pies. Entonces es un disco donde las canciones son escritas primero encima de una base rítmica, primero viene el movimiento y después viene la palabra.

"No soy quien para opinar de Venezuela"

Por mucho que el baile se haya apropiado de sus intereses en el último tiempo, Jorge Dexler no deja de ser un cantautor, un hombre atento a la realidad para describirla en sus canciones y un actor atento a la contingencia del continente latinoamericano.

Es así como en febrero pasado causó revuelo al compartir en sus redes sociales la carta abierta escrita por una prima suya, disidente del gobierno chavista de Nicolás Maduro en Venezuela. Las críticas de la izquierda más dura no se dejaron esperar, aunque el uruguayo asegure hoy que lo suyo no fue más que el acto democrático de abrir las vías para mostrar una opinión de alguien que vive la realidad de dicho país.

"Yo lo que hice fue abrir un canal de comunicación de un miembro de mi familia, concretamente de una prima mía que es docente universitaria en la ciudad de Mérida. La gente podrá decir lo que quiera pero de lo que no pueden acusarla es de fascista, desde luego, porque ella es una exiliada política del Uruguay. Sus padres eran educadores en Uruguay, fueron destituidos por la dictadura y tuvieron que irse volando a Venezuela para salvarse. Y Venezuela fue muy generosa con ellos, es un país que amo. Hay una canción en el disco que se llama "La Luna de Rasqui", dedicada a Venezuela. Y mi prima nos pidió ayuda, la familia me dijo "esta realidad la quiero contar, porque esto es lo que vemos adentro, lo que vemos desde la universidad aquí". Y de la misma manera en que apoyé en su momento la lucha de los universitarios y de los estudiantes chilenos en pro de una educación pública de calidad y de que la educación no sea en Chile un elemento más de diferenciación social, que sea al contrario, que ayude a derrotar ese flagelo que le queda a Chile y que quedó en evidencia en estas últimas tragedias también que es la gran desigualdad que tiene todavía que batallar Chile. Con el montón de logros que tiene y con algo muy noble que tiene Chile en la manera de reaccionar ante los conflictos. Yo no sé si otro país encajaría los golpes que ha encajado Chile, que ha encajado este mes por ejemplo, con esa dignidad y con esa solidaridad.

- Pero la situación de Venezuela es distinta.

- Lo que hice fue dar una voz a una docente universitaria en la que confío plenamente. Yo no soy quien para opinar de Venezuela, de hecho si te fijas no hay una opinión mía, más allá de brindar un canal para una persona en la que sí confío. Porque es tan difícil obtener información de primera mano sobre ese conflicto, viene tan mediatizada toda la información, que me pareció que era valioso de ser compartido. Lo hice sin pensarlo, no pensé que fuera a tener esa repercusión que tuvo evidentemente después, pero estoy contento de haberlo hecho.

Shows de pie

Sobre los tres conciertos que realizará en mayo en Santiago y Rancagua, Drexler asegura tener altas expectativas.

- ¿Hay chance de que invites a Ana Tijoux a tocar contigo?

- Todavía no he hablado con Anita, pero me encantaría. No se si está en Chile en ese momento, si está en Santiago, si está en Rancagua, Vamos a estar el 9 y el 10 en el Caupolicán y el 11 en Rancagua. En Rancagua nunca he tocado, pero en el Caupolicán cada vez que uno toca es un acontecimiento para mi y para mis músicos, para mis amigos. Tocar en el Caupolicán es una experiencia que todos los músicos queremos vivir. Tengo un músico nuevo en la banda este año, el bajista, y están todos diciéndole "vas a ver, vas a ver cuando llegues al Caupolicán". Estamos muy felices de tocar en Chile, es una alegría para mí. Voy a llamar a Anita en cuanto pueda, a ver si puede estar.

- ¿Van a ser shows más bailables, dado que el disco que traes lo es?

- Por los conciertos que venimos haciendo aquí, creo que parte del concierto va a ser visto de pie. Se disfruta de algunas cosas más en el cuerpo, en estos conciertos. Son conciertos muy estimulantes, desde el punto de vista de la catarsis a través del movimiento.

Y refiriéndose a las tragedias que han afectado a Chile en las últimas semanas, también envía un mensaje. "Ahí voy. Encantado de visitar Chile y de exorcizar alegrías y tristezas a través del movimiento. Bailar en la cueva".

Las entradas para ver a Jorge Drexler están disponibles en el sistema Ticketek.cl.

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