Según una sondeo del CNTV, el grupo etáreo que más consume la programación de la pantalla chica cree que el medio no está entregando una adecuada formación valórica a jóvenes y niños.
La tercera edad está preocupada por la formación que la televisión está entregando a jóvenes y niños, medio al que definieron como carente de contenidos valóricos positivos y con influencias que derivan en conductas inadecuadas, tal como se desprende los resultados de la encuesta "Televisión y Adultos Mayores".
El estudio del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) está basado en datos de la Quinta Encuesta Nacional de Televisión 2005, sondeo que por primera vez entrevistó a personas de entre 66 a 80 años de edad.
Los hechos más criticados por los televidentes de la tercera edad fue la presencia de vocabulario grosero (79 por ciento) y las escenas de sexo y desnudos (55 por ciento).
Ello es concordante con el hecho de que la abrumadora mayoría (96 por ciento) de los adultos mayores es partidario de algún tipo de regulación en televisión abierta.
Este segmento etáreo se inclina por una regulación estricta tanto en horarios como en contenidos, a diferencia de los televidentes más jóvenes, que propugnan principalmente una regulación horaria.
En relación al consumo diario de medios, el estudio da cuenta de que los adultos mayores privilegian la televisión en un 80 por ciento de los casos, con lo que se constituyen en el segmento que ve más tiempo observa la TV abierta –dos horas y media en promedio- superando incluso a la fracción de personas de entre 16 y 25 años.
En una segunda instancia le sigue la radio con 57 por ciento, la televisión pagada con 23 por ciento, los periódicos con 25 por ciento y en última instancia internet con tan sólo cuatro por ciento de los casos.
En comparación con las mujeres, son los hombres los que consumen más televisión siendo los noticiarios su primera preferencia y el que presenta el mayor nivel de consumo diario, en comparación con el resto de la población.
Los adultos mayores, a la vez, son el segmento más fiel a la programación -58 por ciento dijo ver concentrado un programa- y el que menos realiza zapping; sólo el 25 por ciento señaló cambiar de programa durante la publicidad a diferencia de los jóvenes que lo hacen en 43 por ciento de los casos.
Es decir, a medida que se avanza en edad, el consumo de televisión se hace más concentrado y menos "volátil".
Este segmento, entre 65 a 80 años de edad, y al igual que los chilenos en general, prefieren los programas nacionales mucho más que las realizaciones extranjeras.
Los adultos mayores -al igual que los jóvenes- son quienes están más satisfechos con la oferta de la televisión abierta. Sin embargo, sus críticas vienen a la hora de analizar los aportes de la pantalla chica a la formación valórica o a la influencia de conductas:
El 86 por ciento de los adultos mayores encuestados indicó que la televisión estimula el consumismo de los niños.
El 72 por ciento de ellos cree que estimula la violencia en las personas.
El 67 por ciento que provoca temor a ser víctima de robos o asaltos.
El 63 por ciento piensa que la TV es culpable de a los niños le vaya mal en el colegio.
El 62 por ciento cree que incide en que los jóvenes tengan conductas sexuales inapropiadas.
Sobre los noticiarios, la tercera edad considera que da buena información sobre las cosas que afectan la vida cotidiana de las personas pero a la vez critican la sobreoferta sobre hechos delictuales.
En relación a las teleseries, el 90 por ciento de ellos las considera entretenidas, de buena producción y estima que ayudan a compartir en familia. Sin embargo, no están muy de acuerdo en que éstas sean aptas para niños menores de 10 años o para pre-adolescentes entre 10 y 14 años.
Ficha técnica del estudio
La Quinta Encuesta Nacional de Televisión 2005 se realizó entre marzo y abril del año pasado y abarcó a un total de 2.770 personas, de cuales 260 eran mayores de 65 años.
Los entrevistados fueron habitantes del Gran Santiago, Antofagasta, Coquimbo/La Serena, Valparaíso/Viña del Mar, Concepción/Talcahuano y Temuco de entre 16 y 80 años, de todos los niveles socioeconómicos (ABC1, C2, C3, D y E), con al menos un televisor funcionando en sus respectivos hogares.
El margen de error de la muestra fue de 1.9 para el total, y 6.0 en el caso de los adultos mayores. (Cooperativa.cl)
