La actual primera dama enfrenta un escenario prácticamente sin opositores fuertes, marcado por una apatía general de parte de la población por los comicios del domingo.
La senadora Cristina Kirchner enfrenta este domingo el desafío más importante de su carrera política: ser elegida la primera mujer presidenta de Argentina y la segunda en América Latina en el siglo XXI después de Michelle Bachelet.
Unos 27 millones de argentinos acudirán este domingo a las urnas para elegir al próximo presidente de la nación, además de renovar la mitad del Parlamento y elegir a los gobernadores de ocho provincias.
Para presidente, son al menos 14 los candidatos, pero por primera vez en la historia de Argentina, son tres las candidatas mujeres a ocupar el sillón de la Casa Rosada: la oficialista Cristina Fernández de Kirchner, actual senadora por Buenos Aires y primera dama de la nación, la dirigente de centroizquierda Elisa Carrió y la izquierdista Vilma Ripoll.
De estas candidatas, las últimas encuestas publicadas dan por segura ganadora a la primera dama argentina, con alrededor del 45 por ciento de los votos, lo que según las leyes electorales trasandinas serían suficientes para que Fernández asuma la presidencia, asegurando la continuidad de los Kirchner en el poder.
Incluso si Cristina Fernández sacase el 40 por ciento, si está 10 puntos sobre su más próximo rival, igualmente sería electa presidenta.
Los ciudadanos argentinos votarán en un total de 73.711 mesas distribuidas en los 24 distritos electorales del país, que este domingo celebrará los comicios presidenciales por sexta vez consecutiva desde el regreso de la democracia en 1983, después de la última dictadura militar iniciada en 1976.
Los resultados cosechados en la provincia de Buenos Aires juegan un rol clave, ya que se constituye como el distrito electoral más importante al representar el 38,1 por ciento de los sufragios totales del país, y es precisamente uno de los sectores donde Cristina Kirchner es más débil, lo que podría disminuir sus posibilidades de triunfo en primera vuelta.
A pesar de todo esto, las elecciones 2007 encuentran en un piso diferente al mundo político argentino. Los dos sectores más importantes del mundo político argentino, el radicalismo y el justicialismo (peronismo), se encuentran fraccionados debido a varias disputas internas.
La fragmentación es tanta que ninguna de las candidaturas presidenciales se presenta bajo estas denominaciones históricas.
Pero más allá de la cantidad de argentinos autorizados para emitir su sufragio, los candidatos insistieron durante los últimos días en sus llamados a votar, luego del escaso clima de campaña y la apatía de la población ante los comicios.
La Justicia Electoral argentina ya advirtió que el 92 por ciento de los convocados para ser autoridades de las mesas de votación en Buenos Aires no se notificaron o se excusaron, por lo que abocaron sus esfuerzos en llenar con funcionarios los más de siete mil cupos que quedaron libres. (Agencias)
