Los presos pudieron votar por primera vez en Argentina

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Autor: Cooperativa.cl

Unos 860 reclusos pudieron ejercer su derecho al sufragio, distribuidos en once provincias, aunque la mayoría lo hizo en las cárceles de Devoto, en la capital argentina, y Ezeiza y Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires.

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Las urnas electorales se trasladaron este domingo por primera vez en la historia a las cárceles argentinas, donde casi un millar de reclusos en prisión preventiva y con documento de identidad pudieron ejercer su derecho a voto.

 

Esta primera votación en las cárceles fue posible gracias a la derogación en 2003 de una ley que impedía la inclusión en los padrones de las personas privadas de libertad.

 

Las elecciones celebradas en Argentina son para decidir el presidente y el vicepresidente del país en los próximos cuatro años, renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, y escoger a los gobernadores de ocho provincias.

 

Votaron 860 reclusos, distribuidos en once provincias, aunque la mayoría lo hizo en las cárceles de Devoto, en la capital argentina, y Ezeiza y Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires.

 

En Devoto, las autoridades tuvieron que suspender la votación porque las urnas instaladas no eran bastantes para recoger los votos de quienes se presentaron a votar, según la agencia Télam.

 

Las boletas o papeletas con las que sufragaron los presos estaban divididas por provincias para que el voto de cada preso se contara según su lugar de residencia anterior a entrar en prisión.

 

"Hace unos días hicimos un simulacro para ver cómo era la cosa, para estar avisados y preparados de cómo se vota", explicó Leandro Gómez, de 20 años, recluido en el penal de Ezeiza.

 

Gómez, quien está pendiente de recibir sentencia por robo, afirmó después de depositar su voto que tardó en salir del "cuarto oscuro", el lugar donde el votante mete la papeleta escogida en el sobre, porque tuvo que pensar "mucho" su elección.

 

"Votar es importante porque es una experiencia para el día de mañana y vamos a ver si quien sale ganador hace algo para mejorar el futuro", explicó el joven, quien estudia primaria en el centro penitenciario.

 

Leandro, que espera una pena de entre dos a cuatro años, relató que algunos de sus compañeros no pudieron votar porque "sus familias no pudieron traer el documento, aunque todos estaban muy interesados en los comicios".

 

De la misma opinión era Maximiliano Flores, de 19 años y votante primerizo, con previsión de una condena de un mínimo de ocho años por dos robos con banda.

 

"En los módulos hay discusiones sobre política, y los que no han podido votar me decían que yo que podía, debía hacerlo", narró Flores.

 

El recluso opinó que si se cumplen los pronósticos y una mujer llega a la presidencia, se lograrán "mejores condiciones en las cárceles".

 

De los 14 candidatos a la presidencia, tres son mujeres y dos de ellas, la primera dama Cristina Fernández y Elisa Carrió, están en el primer y segundo lugar, respectivamente, en las encuestas de intención de voto.

 

Los reclusos no votaban con desconocimiento de los candidatos, ya que hace dos semanas los asistentes sociales empezaron a hablarles de las elecciones y ellos mismos se pudieron informar de los planes de los candidatos a través de la televisión, la radio y los diarios.

 

Hasta 2003 un artículo del Código Electoral Nacional impedía la inclusión en los padrones de los presos, lo que violaba los derechos instituidos en la Constitución Nacional y la Convención Americana de los Derechos Humanos.

 

El decreto que derogó ese artículo, formado por el presidente Néstor Kirchner, especifica que sólo los procesados que se encuentren cumpliendo prisión preventiva pueden utilizar su derecho a voto en los comicios que se celebren durante el lapso de tiempo en el que se encuentren detenidos.

 

Aunque el voto en Argentina es obligatorio y quien no se presenta ante las urnas puede ser sancionado con una multa, esta norma no rige para los presos, quienes pueden decidir si votan o no al coincidir el domingo electoral con el día de visita.

 

"No queríamos que los presos vieran el hecho de votar como un castigo al coincidir con el día de visitas, pero creo todos han votado porque no se ha solapado la hora de votar con el régimen de visitas", declaró Verónica Torras, directora de comunicación del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). (EFE)

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