El presidente electo de Argentina, Javier Milei, almorzó este lunes en Nueva York con el exmandatario estadounidense Bill Clinton (1993-2001), como parte de su primer viaje al país norteamericano desde que ganó las elecciones.
El almuerzo tuvo lugar tras la visita del político libertario a la tumba del rabino Schneerson en el cementerio judío de Montefiore, en Queens, confirmaron a la agencia EFE fuentes de su equipo.
Un asistente de Clinton dijo que éste felicitó a Milei por su victoria y le deseó lo mejor para el pueblo argentino.
Recordó que entre 1992 y 2000, el comercio entre Estados Unidos y Argentina aumentó un 74 por ciento, hasta llegar a 7.790 millones de dólares.
AGENDA ECONÓMICA
El líder de la formación ultraderechista Libertad Avanza viajó tras esta reunión a Washington en avión privado para mantener reuniones con altos cargos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro.
El encuentro de Milei y Clinton se dio pese a la estrecha cercanía del argentino con el expresidente republicano Donald Trump (2017-2021). El trasandino ha descartado verse con él durante esta breve estancia en Estados Unidos, pero lo invitó a su toma de posesión en Buenos Aires, el próximo 10 de diciembre.
La Casa Blanca, por su parte, explicó este lunes que Milei será recibido por el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, en lugar del presidente estadounidense, Joe Biden, quien alegó problemas de agenda.
"Estamos ansiosos por escuchar las ideas del presidente electo y ver hacia dónde quiere dirigirse en cuestiones de política", dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
Milei viajó a Estados Unidos junto a su hermana, Karina Milei; sus colaboradores Nicolás Posse, Gerardo Werthein y Santiago Caputo; y el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley.
Con sus reuniones en Estados Unidos busca explicar el ajuste fiscal, la reforma monetaria y la reforma del Estado que propone, pero no pedir financiamiento.
Entre sus promesas de campaña figuran reducir el tamaño del Estado, dolarizar el país y eliminar el Banco Central para revitalizar la maltrecha economía.
