La Casa Rosada decidió relevar al obispo castrense, quien fue confirmado recientemente por la Santa Sede pese a afirmar que al ministro de Salud había que tirarlo a un río por su posición a favor del aborto.
El Gobierno argentino entró de lleno en un enfrentamiento con El Vaticano, al exigir el retiro del obispo castrense, Antonio Baseotto -quien afirmó que a un ministro había que tirarlo a un río por su posición frente al aborto-, y anunció que estudia comenzar a discutir la despenalización de esa práctica, dos cuestiones que sabe generará crispación en la Santa Sede.
El presidente trasandino, Néstor Kirchner, firmó este viernes el decreto por el cual dejó "sin efecto" el acuerdo que se le había dado a monseñor Antonio Baseotto como obispo castrense.
Así lo anunció oficialmente el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aunque El Vaticano volvió a ratificarlo el pasado miércoles 16 en el cargo.
En la resolución se establece que "son inaceptables para este Gobierno, comprometido con la defensa de los derechos humanos, las expresiones invocando alegorías de connotaciones muy fuertes en la República Argentina, que recuerdan los llamados vuelos de la muerte".
Baseotto había dicho, a través de una cita bíblica, que "los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar" en referencia a las palabras del ministro de Salud, Gines González García, a favor del aborto.
De este modo, el Gobierno profundizó su pelea contra el Vaticano luego de que ratificara en su cargo al obispo castrense.
La suspensión del acuerdo implica que queda sin efecto la remuneración mensual de cinco mil pesos que le corresponde a Baseotto como funcionario del Estado, hasta que sea designado un nuevo obispo castrense.
Tema del aborto "es una discusión que deberá darse"
Por su parte, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, consideró que el tema de la despenalización del aborto "es una discusión que en algún momento deberá darse" en la Argentina.
"Despenalizar el aborto no quiere decir hacer obligatorio el aborto", señaló Fernández, quien comparó la discusión sobre ese tema con la que se dio en su momento en torno a la habilitación del divorcio.
Fernández consideró que en aquella oportunidad se registró "una enorme hipocresía", y advirtió que "autorizar un segundo matrimonio no quería decir hacer obligatorio el divorcio".
En declaraciones radiales, el funcionario consideró que el tema del aborto "es una discusión que en algún momento deberá darse porque en la sociedad hay hechos reales" y "una realidad social que lleva a muchas mujeres a esa sitaución".
"Hay que desalentarla desde el Estado pero no sé si el desaliento es la pena", indicó Fernández.
El jefe de Gabinete dijo que en el medio de ese debate se generan "posiciones dogmáticas o religiosas y allí la cosa se vuelve muy difícil". (Agencias)
