Fuentes de la investigación indicaron que la policía trasandina detuvo a un hombre acusado de ser el jefe de la banda que plagió al muchacho de 23 años.
Un joven argentino que estaba secuestrado desde hace una semana y mantenía en vilo al país apareció la noche del martes con vida, después de su familia pagara un segundo rescate.
Imágenes de la televisión mostraron cómo Cristian Ramaro, de 23 años, llegó a su casa ubicada en la localidad de Tigre, en el norte de la Provincia de Buenos Aires, en medio de la alegría de su familia y de una multitud de personas que festejaban su liberación.
Minutos después de llegar a su casa, el presidente argentino, Néstor Kirchner, habló por teléfono con los padres del joven, que salieron a la puerta para dar las gracias a toda la gente que los acompañó durante esta semana de desesperación.
Ante la insistencia de la gente que gritaba su nombre, muchos visiblemente emocionados, Cristian salió a la puerta de su casa y se abrazó con todos los que se le acercaron.
"Le quiero agradecer a toda la gente que rezó por mí y me apoyó en todo momento. Los secuestradores me trataron bien. Después me dejaron por ahí", dijo Cristian ante las cámaras de televisión.
Pese a que la familia no denunció el secuestro a petición de los captores, unos 200 policías bonaerenses siguieron el caso durante los últimos días hasta dar con el joven en una zona del noroeste de la provincia de Buenos Aires.
Fuentes de la investigación indicaron que la policía detuvo a un hombre acusado de ser el jefe de la banda que secuestró al joven en una opéración en el que también confiscaron armas.
La familia del estudiante de Derecho secuestrado pagó el viernes 11 de junio por su liberación unos 250.000 pesos argentinos (más de 55 millones de pesos) y luego otra cuantiosa cantidad de dinero.
El secuestro de Ramaro se suma a los que se producen a diario en Argentina, que sufre una oleada de inseguridad que ya cobró la vida de varias personas este año.
Un caso reciente que convulsionó al país fue el de Axel Blumberg, un joven de 23 años asesinado en marzo pasado tras pasar varios días de cautiverio.
El secuestro de Axel generó una manifestación en Buenos Aires el 1 de abril pasado convocada por su padre, Juan Carlos Blumberg, a la que asistieron unos 130.000 argentinos en demanda de justicia y de la promulgación de nuevas leyes que garanticen la seguridad en el país, sobre todo en Buenos Aires y el cordón urbano que lo rodea.
Cristian es el hijo del propietario de una empresa de transporte de pasajeros por el río Paraná y también tiene la mitad de las acciones en otra compañía de transporte fluvial.
El joven, que trabaja con su padre, fue secuestrado por dos hombres que se trasldaban a bordo de un automóvil -según relató una vecina- el martes 8 de junio cuando salía de su casa para ir a trabajar. (EFE)
