En silencio, alrededor de 150.000 personas solicitaron a las autoridades de Gobierno que tomen medidas para detener el alza de la delincuencia y de los secuestros que está afectando al país.
Una multitud pidió frente a la sede del Congreso argentino leyes más severas contra la delincuencia y por una reestructuración de la policía, en respuesta a la convocatoria del padre de un estudiante de ingeniería asesinado hace 10 días por sus secuestradores.
La concentración, protagonizada por unas 150.000 personas, según la Policía Federal, se diferenció de las ruidosas que habitualmente se realizan ante la sede parlamentaria, ya que la mayoría se mantuvo prácticamente en silencio, con velas encendidas, para escuchar a Juan Carlos Blumberg, padre del joven asesinado.
"Justicia, justicia" y "Seguridad, seguridad" fueron las únicas consignas que coreó en algunos momentos la multitud, que varias horas antes de lo programado llenó la plaza frente al palacio del Congreso y las avenidas aledañas para responder a la denominada "Cruzada Axel: por la vida de nuestros hijos".
Axel Blumberg, de 23 años, fue secuestrado la noche del pasado 17 de marzo en la localidad de Martínez, a pocos kilómetros al norte de Buenos Aires, cuando se dirigía en su automóvil a la casa de su novia, y su cadáver fue hallado con un disparo en el cráneo seis días después.
"Cualquiera pudo haber sido Axel", rezaba un enorme cartel que portaban estudiantes de un colegio secundario, mientras alrededor de 50 personas llevaban pancartas, hechas a mano, con los nombres de sus hijos asesinados por delincuentes, la mayoría de esos casos en la provincia de Buenos Aires.
Juan Carlos Blumberg, que incriminó a policías bonaerenses en el secuestro y crimen de su hijo, acusación que también sostiene el juez Fernando Marotto, lanzó una campaña de recolección de firmas para "exigir, no pedir" al Parlamento que apruebe leyes "con penas más duras" para castigar la delincuencia.
"Son (propuestas) muy simples, cosas chiquitas que pueden solucionar muchos problemas, para que nuestros hijos puedan caminar por las calles sin temor a ser asesinados", indicó ante la multitud, tras lo que dijo que "todos saben" que los delincuentes "coimean (sobornan) a policías y carceleros, pero nadie hace nada".
Esas iniciativas, resumidas en un petitorio que Blumberg entregó a parlamentarios, apuntan a incrementar las penas por secuestro, violación y asesinato, y también a derogar los beneficios que permiten la libertad condicional de los homicidas una vez cumplida las dos terceras partes de la condena.
También buscan rebajar la edad de imputabilidad de los menores, medidas efectivas para el desarme de los civiles, a establecer un registro de quienes usan teléfonos móviles para impedir que los puedan utilizar quienes cumplan condenas y a confeccionar documentos de identidad que impidan su falsificación.
"Establecer un régimen de especial severidad cuando en el delito participen o estén involucrados funcionarios o miembros de fuerzas de seguridad. Las penas serán siempre de cumplimiento efectivo y total sin salidas anticipadas en ningún caso", reza otro de los siete puntos del petitorio.
El asesinato de Axel Blumberg movilizó como nunca antes a la ciudadanía argentina, ya que la concentración de la noche de este jueves frente al centenario edificio del Congreso no tiene precedentes en la historia del país en convocatorias de esta naturaleza.
El secuestro con fines de extorsión para cobrar rescates se convirtió desde hace unos dos años en el delito de mayor auge en Argentina, especialmente en el cordón que rodea a la ciudad de Buenos Aires, la región más poblada del país y la que registra los más altos índices de delincuencia.
Los captores de Axel Blumberg reclamaron 50.000 pesos (10 millones de pesos chilenos aproximadamente) de rescate, pero luego rebajaron su exigencia a 18.000 (tres millones y medio de pesos), dinero que el padre del joven fue a pagar la noche del lunes 22 de marzo en un lugar que le indicaron los delincuentes, a las afueras de la capital argentina.
Sin embargo, según el relato ante la Justicia de Juan Carlos Blumberg, quien dijo haber sido asesorado por especialistas policiales en las negociaciones con los secuestradores, al llegar a
la cita encontró en el lugar a un policía uniformado y a dos patrulleros con las luces encendidas.
En ese momento, los policías se tirotearon con los ocupantes de un automóvil que tenía pedido de captura y que, según las investigaciones judiciales, pertenecía a un empresario que había
sido secuestrado la semana anterior.
Ese vehículo, que estaba blindado, logró eludir el cerco policial y fue encontrado a la madrugada siguiente totalmente incendiado, casi al mismo tiempo en que fue hallado el cadáver del joven Axel Blumberg, con un tiro en la cabeza y con signos de haber sido sometido a torturas. (EFE)
