La máxima instancia del organismo multilateral no condenó al régimen de Myanmar, luego de una intensa presión de China, tras la confirmación de las primeras muertes en la nación asiática.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) instó a la junta militar de Birmania (Myanmar) a ejercer la "contención" en sus actos violentos contra la población civil, pero el desacuerdo de China evitó que el órgano internacional condenara al régimen de facto.
"Todos estuvimos de acuerdo y enfatizamos en que hay que tomar medidas para que las cosas no vayan a peor" en Birmania, dijo al término de la reunión el embajador de Estados Unidos ante ONU, Zalmay Khalilzad.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió, a petición del Reino Unido, ante el profundo deterioro de la situación en Birmania, donde las fuerzas de seguridad del régimen militar dictatorial reprimieron de forma violenta varias manifestaciones pacíficas multitudinarias.
El diplomático estadounidense señaló que la posición de Washington ha sido la de "condenar la represión y solicitar la liberación de presos" políticos.
Por su parte, el embajador de China ante la ONU, Guangya Wang, señaló que la declaración del Consejo de Seguridad "refleja el denominador común" de las posiciones de sus miembros.
Al ser consultado por la posibilidad de que el máximo órgano de ONU impusiera sanciones al régimen de Rangún, el representante de Pekín respondió que "las sanciones no son de ninguna ayuda a la situación tal como está allí".
Poco antes, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) y de EE.UU. emitieron un comunicado conjunto, en el que instaron a China a que ejerciera su influencia y "presionara" al régimen militar birmano para que cesen los actos violentos contra la población civil.
Estadounidenses y comunitarios, reunidos en Nueva York en medio de la 62ª Asamblea General de la ONU, condenaron la violencia contra la población, pero los tres países de ese bloque que son miembros permanentes del Consejo (EE.UU., Francia y Reino Unido) no lograron convencer a Pekín.
Este miércoles se conoció que al menos cinco personas murieron, entre ellas dos monjes budistas, y cerca de 20 resultaron heridas en las cargas llevadas a cabo por los soldados contra los manifestantes que protestaron en Rangún contra la junta.
Alrededor de 80 personas, incluidos 30 monjes, fueron golpeados, apresados y trasladados en vehículos militares a centros de detención, según testigos citados por diversos medios birmanos.
El incidente más grave tuvo lugar cuando los soldados abrieron fuego contra unos 200 monjes budistas que marchaban junto a miles de civiles hacia la pagoda de Sule, acordonada desde primeras horas de la mañana por las tropas, y con sus accesos bloqueados por camiones. (EFE)
