Cerca de un millar de delegados designados por el régimen participan en una convención nacional convocada para redactar una nueva constitución.
El representante de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Birmania (Myanmar), el brasileño Paulo Sergio Piñeiro, definió en Bangkok como "fútil y antidemocrático" el proceso constitucional emprendido por la Junta Militar de Rangún.
Piñeiro, a quien las autoridades birmanas han negado en dos ocasiones la entrada en el país, dijo que la convención nacional convocada por el régimen militar el pasado 17 de mayo para redactar una nueva constitución "es un esfuerzo fútil y un ejercicio antidemocrático".
Cerca de un millar de delegados fueron designados por la junta para representar la voluntad de los 42 millones de birmanos en la convención, boicoteada por la principal formación política de la oposición, la Liga Nacional por la Democracia (LND), de Aung San Suu Kyi.
"Condenaron a arresto domiciliario a 1.088 personas", comentó Piñeiro en alusión a los delegados que participan en la citada convención, que se celebra bajo estrictas medidas de seguridad en una base militar situada a unos 40 kilómetros de Rangún.
La presencia del relator de las ONU en Bangkok tiene lugar un día siguiente que la LND exigiera la "inmediata e incondicional" liberación de Suu Kyi, en cautiverio desde hace un año.
En su comunicado, la única formación opositora que resiste a la intensa presión del régimen militar exigió también el final del arresto domiciliario que pesa sobre Tin Oo, vicepresidente de la LND, y la liberación de otros opositores encarcelados.
Suu Kyi permanece confinada en su casa con las líneas telefónicas cortadas, pese a los reiterados llamados realizados por la ONU al Gobierno para que levante el arresto a la opositora.
La LND, con Suu Kyi al frente, venció por amplia mayoría en las elecciones legislativas celebradas en 1990, cuyos resultados nunca acataron los generales que gobiernan el país.
Los militares rigen Birmania interrumpidamente desde 1962. (EFE)
