La mandataria asegura que para superar la crisis política que vive el país asiático hay que atraer a la gente al Gobierno a través de un régimen federal y parlamentario.
La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, pidió este lunes al Congreso cambiar el sistema presidencialista del país por otro parlamentario-federalista, pero no ofreció una calendario para el proceso.
Su discurso del estado de la nación duró apenas media hora y careció de novedades sobre las soluciones expuestas en días pasados para acabar con la crisis política que ahoga al país.
"Es el momento de volvernos a la gente, de atraerla al gobierno y de modificar la forma de gobernar", destacó la mandataria.
"El sistema, claramente, necesita cambios fundamentales y, cuanto antes, mejor", subrayó Macapagal Arroyo entre grandes ovaciones de los legisladores, principalmente por parte de los miembros de su partido, el Lakas.
La presidenta insistió en que "la población quiere un buen gobierno", y prometió colaborar con el Congreso, grupos sociales y los gobiernos locales para determinar el plan y las fechas para llegar al sistema federalista.
"Quizá es el momento de llevar el poder desde el centro al resto de la nación", indicó Macapagl Arroyo.
La otra parte de su discurso estuvo dedicada a realzar los logros de su gobierno en materia económica -"cinco millones de puestos de trabajo en los pasados cuatro años", según ella- en la lucha contra el terrorismo y los programas sociales acometidos.
Macapagal Arroyo omitió la fuerte presión a la que se encuentra sometida para que dimita desde hace dos meses, no mencionó el proceso de incapacitación interpuesto en su contra por la oposición ni a las 40.000 personas que pedían en esos momentos su renuncia en las calles de Manila. (EFE)
