Artefacto colocado en una motocicleta explotó en una gasolinera en la ciudad de Joló.
Ejército sostuvo que número de víctimas fatales podría aumentar.
Al menos seis personas murieron y otras 40 resultaron heridas, entre ellas tres policías, a causa de la explosión de una bomba en el sur de Filipinas, informó el Ejército.
La explosión del artefacto, colocado en una motocicleta aparcada frente a una gasolinera, se produjo en la ciudad de Joló, a unos 980 kilómetros al sur de Manila.
El portavoz militar, teniente coronel Edgardo Arevalo, indicó que cerca de una decena de heridos habían sido hospitalizados en estado muy grave, por lo que la cifra de víctimas mortales podría aumentar. "El estado de muchos es crítico", dijo el oficial.
Dos de las víctimas fallecieron en el lugar del atentado y las otras cuatro cuando eran trasladadas al hospital o al poco rato de que fueran ingresadas.
La fuerte deflagración destruyó al menos cuatro automóviles, incluido el de la patrulla de Policía que se había trasladado hasta el lugar alertada por una llamada de un ciudadano al que la motocicleta le infundió sospechas, dijo Arevalo.
Grupo radical ha efectuado seguidilla de atentados en la misma zona
El atentado ocurrió poco después de que los agentes desactivaran otro artefacto colocado cerca de la iglesia de Monte Carmelo, de la misma localidad y la mayor de esta isla de mayoría musulmana.
Hace apenas dos días, en la isla de Mindanao, al oeste de Joló, otro atentado con bomba perpetrado junto a una iglesia católica en la ciudad de Cotabato causó la muerte a cinco personas y heridas a cerca de medio centenar.
Las fuerzas de seguridad filipinas se encuentran en estado de máxima alerta en el sur, hogar del grupo radical Abu Sayyaf, autor de ataques similares llevados a cabo en el pasado.
Fundado en 1991 por ex combatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética, la organización extremista está vinculada a la Yemaa Islamiya, el brazo de Al Qaeda en el Sudeste Asiático.
Considerado un grupo terrorista por los gobiernos de Filipinas y Estados Unidos, se le atribuyen algunos de los atentados más sangrientos de los últimos años y múltiples secuestros de locales y extranjeros.
