Aunque el Ejército suspendió las operaciones ofensivas, anunció que no finalizarán los patrullajes en las zonas con fuerte presencia guerrillera.
Los guerrilleros comunistas filipinos rechazaron la propuesta de tres años de alto el fuego planteada por el Gobierno con motivo de la Navidad y justificaron así el ataque que el domingo acabó con la vida de tres soldados.
Gregorio Rosal, portavoz del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP), aseguró que el hecho de los militares trataban de neutralizarles demuestra que "la oferta de tregua es totalmente ridícula y ambigua", según informaron los medios locales.
"Efectuar ofensivas tácticas más amplias y frecuentes contra unas Fuerzas Armadas debilitadas es la manera más eficaz de vencerles en sus campañas de opresión", agregó Rosal.
Sin embargo, el máximo jefe militar filipino, general Hermógenes Esperon, afirmó que el alto el fuego unilateral que entró en vigor la medianoche del pasado sábado todavía les permite responder a ataques de los rebeldes.
De esta forma, confirmó que el Ejército filipino suspendió todas las operaciones ofensivas, pero dijo que no dejarán de patrullar todas las áreas con presencia de guerrilleros. (EFE)
