La acusación presentada ayer por la Fiscalía definirá en la Cámara Baja y la Corte Suprema su aceptación o rechazo.
El proceso puede concluir con la destitución del mandatario, quien reemplazó a la removida Dilma Rousseff.
Nunca un jefe de Estado brasileño había sido acusado por delitos de carácter penal supuestamente cometidos en su mandato.
La denuncia por corrupción contra el presidente de Brasil, Michel Temer, presentada este lunes por la Fiscalía, recorrerá un tortuoso camino en el Tribunal Supremo y la Cámara Baja hasta la aceptación o rechazo que sellarán la suerte del mandatario.
El magistrado Edson Fachín, instructor del caso en la Corte Suprema, deberá hacer un primer análisis de las acusaciones para luego remitir el asunto a la Cámara de Diputados, por imperativos constitucionales, momento donde Temer será notificado oficialmente del inicio del proceso que puede llevarlo a juicio.
A partir de ahí, la Comisión de Constitución y Justicia de los diputados debatirá el caso por un plazo máximo de 10 sesiones -donde el presidente podrá presentar su defensa- y tendrá otro plazo de cinco sesiones para manifestarse sobre la denuncia, según un informe del diputado que sea designado como instructor.
Al margen de que la denuncia sea aceptada o rechazada por esa comisión, el informe del instructor será remitido al pleno de la Cámara Baja, en el que será leído, debatido y votado por los 513 diputados (siguiendo el molde usado para destituir a Dilma Rousseff), quienes serán llamados a la tribuna para manifestar si la acogen o no.
En caso de que el 'sí' logre 342 votos -dos tercios del total de diputados-, se autorizará la instauración del proceso penal en la Corte Suprema y los 11 miembros del tribunal decidirán mediante una votación de mayoría simple si Temer finalmente será enjuiciado, lo cual lo suspendería de sus funciones durante los 180 días que la corte tendrá para concluir el proceso.
En ese caso, su lugar sería ocupado en forma interina por el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, quien en caso de que Temer sea condenado al fin del proceso debería convocar a las dos cámaras legislativas a una elección indirecta, para escoger a quien completará el período presidencial que concluye el 1 de enero de 2019.
Sin embargo, si la denuncia es rechazada por el pleno de los diputados, o incluso por el Supremo en la votación final, el caso sería archivado y Temer recuperaría el poder.
La situación es inédita, pues nunca hasta ahora un presidente en pleno ejercicio del poder había sido acusado por delitos de carácter penal supuestamente cometidos en pleno ejercicio de su mandato, lo cual ocurre en momentos en que Brasil enfrenta una delicada crisis económica, que se agrava con las serias turbulencias políticas.
Dilma: Es el resultado del golpe
La ex presidenta Dilma Rousseff se había mantenido en silencio durante las últimas horas, pero esta tarde reaccionó y, a través de su cuenta de Twitter, manifestó que lo que está ocurriendo es resultado del "golpe de Estado" que la despojó del poder el año pasado.
La sucesora de Lula da Silva dijo que los grandes medios de comunicación y el Partido de la Socialdemocracia Brasileña son "responsables directos" de la crisis.
Resultado do Golpe de 2016:deixar o País nas mãos do único presidente denunciado por corrupção.
— Dilma Rousseff (@dilmabr) 27 de junio de 2017
Impeachment sem crime de responsabilidade: ponte dos perdedores sobre a democracia para o desmonte do País.
— Dilma Rousseff (@dilmabr) 27 de junio de 2017
Grande mídia, PSDB, adeptos do Pato Amarelo conheciam a conduta do grupo que assaltou o Planalto e são responsáveis diretos por sua ascensão
— Dilma Rousseff (@dilmabr) 27 de junio de 2017
