Roberto Jefferson perdió su escaño en el Congreso por acusar, sin presentar pruebas, que entre 2003 y 2004 el Partido de los Trabajadores sobornó a decenas de legisladores.
El plenario de la Cámara Baja de Brasil destituyó este miércoles al diputado Roberto Jefferson, del Partido Laborista Brasileño (PTB) y primer denunciante de los asuntos de corrupción en que se hundió el partido del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Jefferson quedó desposeído de su mandato una vez que el recuento de votos, emitidos en forma secreta, llegó a 257, el mínimo que se requería para que fuera aprobada la destitución.
Del total de 513 diputados participaron en la sesión 489, y 127 habían votado en contra de su salida al momento que se alcanzó el mínimo exigido, mientras que los votos nulos, blancos y las abstenciones sumaban 16.
El líder laborista se convirtió así en la primera víctima de una verdadera avalancha de denuncias de corrupción, que comenzó con sus propias acusaciones contra el Partido de los Trabajadores (PT) y otras formaciones de la coalición de Gobierno.
Fue procesado por denunciar, sin presentar prueba alguna, que entre 2003 y 2004, los primeros dos años de Lula en el poder, el PT sobornó a decenas de diputados de otros partidos para construir la mayoría parlamentaria que el Gobierno no obtuvo en las urnas.
También fue enjuiciado por haber admitido que él mismo recibió dinero del PT y que no lo declaró a las autoridades electorales y fiscales, lo que supone un grave delito político y financiero.
Con esta decisión, Jefferson pierde así sus derechos políticos durante los próximos ocho años.
Jefferson, de 53 años, es el primer político sancionado por la ola de corrupción que se abate sobre Brasil y sólo podrá volver a postular al Congreso en las elecciones de 2014, pues las próximas están previstas para años 2006 y 2010.
Además de Jefferson, están procesados con fines de destitución otros 17 diputados de seis partidos, de los cuales solamente uno no pertenece a la coalición de Gobierno.
Todos están procesados por recibir dinero irregularmente y de forma oculta del PT, por lo que el caso de Jefferson puede servir ahora como antecedente.
También bajo amenaza de perder el mandato está el propio titular de la Cámara de Diputados, Severino Cavalcanti, acusado de haber extorsionado al concesionario del restaurante del Congreso para renovar su contrato y cuya situación se complicó este miércoles cuando su secretaria personal admitió que recibió dinero del empresario.
Cavalcanti debería haber presidido la sesión de este miércoles, pero tras el agravamiento de su situación no fue visto en todo el día y delegó esa función en el vicepresidente de la Cámara Baja, José Thomaz Nono. (EFE)
