Fiscalía de Nueva York acusó a diputado brasileño de robar 11,6 millones de dólares

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Autor: Cooperativa.cl

El derechista Paulo Maluf es el principal acusado por la Gran Manzana de liderar una red de corrupción que incrementó artificialmente los costos de obras públicas en Sao Paulo para quedarse con el dinero.

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La fiscalía del distrito de Manhattan acusó al diputado brasileño Paulo Maluf y a otros cuatro cómplices de robar más de 11,6 millones de dólares de fondos relacionados con una obra pública en Brasil.

 

Maluf, ex alcalde y ex gobernador de Sao Paulo, está acusado de participar en un plan de sobornos y facturas infladas que generó millones de dólares en ganancias y que fueron transferidos a una cuenta bancaria en Nueva York, controlada de forma secreta por el veterano líder del derechista Partido Progresista (PP).

 

El dinero era posteriormente enviado a otra cuenta, también bajo su control, en la isla de Jersey, en el Canal de la Mancha.

 

Además de Paulo Maluf y su hijo Flavio, la fiscalía neoyorquina implica en el fraude a Simeao Damasceno de Oliveira, director financiero de la constructora Mendes Junior, envuelta en el plan; a Joel Guedes Fernandes, cajero de esa empresa, y a Vivaldo Alves, transmisor de fondos en el mercado negro.

 

La investigación reveló que mientras Maluf estuvo al frente de la alcaldía de Sao Paulo, entre 1993 y 1997 y también después, los acusados conspiraron para robar cantidades masivas de dinero de fondos municipales.

 

La fiscalía señaló que Maluf usó su cargo para instalar a amigos y aliados en puestos clave del gobierno municipal con el fin de facilitar el plan fraudulento, asociado a la construcción de una autopista en Sao Paulo conocida como Avenida Agua Espraida.

 

Empresas subcontratadas presentaron facturas falsas e infladas a las constructoras Mendes Junior y OAS, que a su vez las enviaban para su abono a Empresa Municipal de Urbanizaçao (Emurb), la agencia municipal encargada de supervisar el proyecto.

 

Efectuados los pagos, las constructoras pagaban en efectivo a Maluf y a su hijo, entre otros implicados, y también mediante envíos ilegales a cuentas bancarias en Nueva York.

 

Algunas de esas transferencias fueron a parar a una cuenta en el Banco Nacional Safra, en Manhattan, codificada como "Chanani" y abierta por Alves con la apariencia de que él y su esposa eran los únicos beneficiarios cuando, de hecho, la controlaban los Maluf.

 

Parte de los fondos de esa cuenta, que eran transferidos después a otras en el mismo banco, fueron usados por los implicados y otros familiares para comprar joyas, relojes y otros artículos en EE.UU. y para gastos en las campañas políticas de Maluf a la gobernación y a la alcaldía de Sao Paulo, a finales de la década de 1990.

 

Datos bancarios revelan que entre noviembre de 1997 y mayo de 1999 alrededor de 140 millones de dólares fueron canalizados a través de la cuenta "Chanani".

 

La fiscalía neoyorquina recordó que el proyecto de obra pública estaba presupuestado en 200 millones de dólares y acabó costando a los brasileños 600 millones,

 

"Este caso representa corrupción y avaricia a una escala colosal", señaló Robert M. Morgenthau, fiscal de distrito de Manhattan, en un comunicado.

 

La acusación de la fiscalía alude de forma específica a quince transferencias a la cuenta "Channani", realizadas entre enero y agosto de 1998 y por un valor total de 11.680.832,62 dólares.

 

También se alega que entre enero y noviembre de ese mismo año un total de 16.120.000 dólares fueron transferidos de esa cuenta a otra controlada por los Maluf en Jersey.

 

La acusación constata además que algo más de un millón de dólares fueron repatriados a Brasil a través de la misma cuenta bancaria para pagar gastos de campaña.

 

La fiscalía acusa a Paulo Maluf de ser el responsable del plan fraudulento y de recibir la mayor parte de los fondos robados, mientras que su hijo Flavio estableció y controló las cuentas bancarias en Nueva York y otros lugares.

 

Los acusados afrontan un total de diecisiete cargos, incluidos conspiración y posesión de propiedades robadas.

 

"La acusación de hoy es un mensaje de que no toleraremos que Nueva York se use para canalizar ganancias ilícitas, cualquiera que sea el lugar en que se generaron", señaló Morgenthau. (EFE)

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