Tribunal sostuvo que el mandatario no tuvo que ver con el escándalo en que miembros de su comando manejaron un documento sobre supuestas situaciones de corrupción en que estarían envueltos parlamentarios opositores.
La justicia brasileña puso fin al mayor escándalo de la última campaña electoral y eximió al jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva, y al Partido de los Trabajadores (PT), de la compra de un falso dossier contra candidatos opositores.
La decisión unánime fue tomada la noche del martes por los magistrados del Tribunal Superior Electoral, que en la sentencia difundida este miércoles concluyen que "no existen pruebas que relacionen al presidente Lula o al PT" en ese episodio, que estalló días antes de la primera vuelta de las elecciones.
El escándalo comenzó cuando miembros del comando de campaña de Lula fueron detenidos con el equivalente a 800.000 dólares y unos documentos, que luego se comprobó que eran falsos, con acusaciones de corrupción fraguadas contra el candidato presidencial opositor, Geraldo Alckmin.
Lula dominaba en ese momento con comodidad todas las encuestas de opinión, que vaticinaban su reelección el 1 de octubre, pero se vio obligado a disputar una segunda vuelta por un inesperado movimiento del electorado, que muchos analistas interpretaron como un "castigo" a raíz del dossier.
El mandatario destituyó de inmediato a los miembros de su comité implicados en el caso, entre los que estaba el presidente del PT, Ricardo Berzoini, quien incluso se vio obligado a apartarse del cargo hasta demostrar que no había participado en la negociación de los falsos documentos.
Sin embargo, el gesto no bastó para impedir el efecto del dossier y Lula se quedó en la primera vuelta a un paso de ser reelegido, con un 48,61 por ciento contra el 41,64 por ciento que alcanzó Alckmin.
El mes que transcurrió entre la primera y la segunda vuelta le permitió a Lula recomponer su imagen y finalmente, el 29 de octubre, fue reelegido con un sólido respaldo del 60,8 por ciento.
Según la opinión del tribunal electoral, el escándalo del dossier no benefició la campaña de Lula y, por el contrario, se convirtió en una "contra-propaganda" que "acabó perjudicando al presidente", lo que, unido a la falta de pruebas, fue considerado determinante para declarar su inocencia en el caso. (EFE)
