El pasado viernes quedó al descubierto una negociación de dos miembros del partido del mandatario, quienes pretendían adquirir documentos que supuestamente probaban actos irregulares de opositores.
Los principales partidos de la oposición brasileña responsabilizaron directamente al presidente Lula da Silva del escándalo por la negociación de un dossier con el que el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) quería desprestigiar a sus adversarios.
El escándalo surgió el viernes 15 de septiembre, cuando la policía arrestó a dos personas vinculadas al PT que tenían en su poder cerca de 1,7 millones de reales (unos 790.000 dólares, 425 millones de pesos) en efectivo, con los que intentaban negociar la compra de un conjunto de supuestas pruebas contra candidatos de la oposición.
"No tengo duda de que el presidente Lula es el gran comandante de esa estructura (el PT), de esa organización criminal capaz de robar, matar y liquidar a quien pase por delante y amenace su proyecto de poder", afirmó la candidata a la presidencia por el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Heloísa Helena Lima, al referirse al escándalo.
La candidata, expulsada del PT por sus divergencias con la política económica "ortodoxa" de Lula, dijo que la responsabilidad por el nuevo escándalo tiene que ser atribuida al presidente, quien comanda el Partido de los Trabajadores.
Heloísa Helena, a la que las encuestas ubican en el tercer lugar en las preferencias de los electores para la presidencial del 1 de octubre, con el nueve por ciento de las preferencias, descartó sin embargo que el nuevo escándalo pueda llevar al Congreso a abrir un juicio político para destituir al mandatario.
"La apertura de un proceso para despojar a Lula del mandato no tiene ningún sentido en este momento (faltando tres meses para acabar su gestión). Prefiero creer que el elector brasileño no será cómplice con la corrupción", agregó la candidata.
Aunque con menos contundencia, dirigentes de los opositores Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y Partido del Frente Liberal (PFL) también señalaron directamente a Lula como el responsable por la negociación del falso dossier.
"El PT cometió un crimen electoral organizado y el presidente Lula va a tener que probar que no sabía. No conozco ningún candidato que no sepa lo que su partido hace en una campaña", afirmó el presidente del PFL, senador Jorge Bornhausen.
"La promiscuidad del PT y del Gobierno Lula está probada", dijo por su parte el presidente del PSDB, el senador Tasso Jereissati.
Jereissati afirmó que, aunque gane la elección, Lula tendrá que responder por el nuevo escándalo.
"Hay una sensación generalizada de que el submundo del crimen está infiltrado en los sótanos de la República, principalmente en el Gobierno y en el PT. Quien sea responsable por eso va a tener que ir a juicio, gane o pierda las elecciones", dijo.
Según últimos sondeos, el jefe de Estado tiene cerca del 50 por ciento de la intención de voto y puede garantizar la reelección el 1 de octubre sin necesidad de ir a una segunda vuelta.
Los principales blancos del dossier que estaba siendo negociado, y que incluiría pruebas de supuestos actos de corrupción, eran los candidatos del PSDB a la presidencia, Geraldo Alckmin, y a la gobernación del estado de Sao Paulo, José Serra. (EFE)
