El registro de conversaciones telefónicas de cercanos al mandatario sugiere que éste tenía conocimiento de las actividades ilícitas de su familiar e incluso lo retó por ello.
La Policía Federal de Brasil sospecha que el presidente Lula da Silva sabía que uno de sus hermanos estaba implicado en casos de presunta corrupción, hecho que intentó impedir y por los cuales fustigó a Genival Inácio da Silva, informaron este martes fuentes oficiales.
La hipótesis surge de grabaciones de conversaciones telefónicas hechas por las autoridades a personas del entorno más íntimo del presidente, como sus hermanos José Ferreira da Silva, conocido como Frei Chico, y el propio Genival Inácio da Silva, apodado Vavá.
Vavá es investigado por sus presuntas conexiones con mafias del juego ilegal y por sospechas de que intermediaba en negociaciones entre empresarios y algunos ministerios, valiéndose de su parentesco con el presidente.
Según cintas obtenidas por el canal O Globo, Frei Chico se comunicó con Vavá el pasado 20 de mayo y le advirtió que Lula quería hablar con él para "darle una bronca" (retarlo).
El motivo, según la grabación, eran contactos que el hermano mayor de Lula estaba haciendo en algunos ministerios de Brasilia, en los que estaría "presentado a algunas personas".
Hace dos años, Vavá había sido investigado por presunto "tráfico de influencias", pero las acusaciones no llegaron a probarse y el asunto se diluyó en medio de los graves escándalos de corrupción que entonces surgieron en torno al Gobierno y el oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
En las mafias del juego ilegal también ha sido implicado el empresario Darío Morelli Filho, uno de cuyos hijos es ahijado de Lula y cuyo derecho al secreto bancario fue suspendido este martes por un juzgado.
La misma medida fue aplicada por el tribunal a cargo del caso a un total de 85 personas investigadas por diversos delitos, incluso lavado de dinero del narcotráfico.
Hasta ahora, Lula ha declarado que cree en la inocencia de su hermano y de otras personas de su entorno más íntimo, pero también ha afirmado que la verdad sólo se sabrá con el curso de las investigaciones.
En la oposición, que hasta ahora se ha mantenido expectante, el caso empieza a preocupar y el diputado Antonio Carlos Pannunzio, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), dijo que pretende que el Congreso convoque al ministro de Justicia, Tarso Genro, para dar las "explicaciones pertinentes".
Según el diputado José Carlos Aleluia, del opositor Partido Demócrata, todo lo que se está desprendiendo de las investigaciones policiales basta para afirmar que "Brasil no es un país serio, porque si lo fuera no podría tener como presidente a Lula". (EFE)
