El mandatario brasileño afirmó que "hay gente que todavía no aprendió a convivir en democracia", aludiendo a quienes -a su juicio- pretenden derrotarlo por caminos distintos a las elecciones del 1 de octubre.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, agobiado por nuevos escándalos de corrupción en su Partido de los Trabajadores (PT), afirmó este viernes que las elites de su país lo quieren sacar del poder a la fuerza.
Lula, quien según las encuestas es el favorito para ganar un nuevo mandato en los comicios presidenciales del próximo 1 de octubre, admitió además de que el proceso podría definirse en una segunda vuelta, el 29 del mismo mes.
"Es necesario estar alerta porque hay gente en este país que todavía no aprendió a convivir en democracia. Dejaron un obrero llegar al poder y dijeron: 'después lo sacamos por la fuerza, él no va a dar resultado y nosotros regresamos'", dijo Lula en un discurso improvisado en Brasilia.
El presidente y candidato presidencial se reunió esta jornada con unos 500 alcaldes provenientes de ciudades del país que le manifestaron su respaldo.
Lula aludió al reciente escándalo que involucró a dirigentes del PT por la presunta compra con dinero de origen dudoso de un falso dossier que incriminaba al principal candidato presidencial de la oposición, Geraldo Alckmin, en presuntos actos de corrupción.
El escándalo ha hecho rodar las cabezas de ocho miembros del PT y del gobierno, entre ellos el jefe de la campaña electoral de Lula, Ricardo Berzoini.
"Ellos están ansiosos porque nosotros dimos más resultado que el Gobierno de ellos", dijo en aparente alusión a los ocho años de mandato de Fernando Henrique Cardoso (1994-2002), del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el mismo de Alckmin.
"Están ansiosos por ver si existen otros medios que no sea la relación democrática de la elección para evitar que dirijamos este país", agregó Lula.
El falso dossier además incriminaba al candidato al gobierno del estado de Sao Paulo, José Serra, también del PSDB.
El caso le ha dado municiones a la oposición en su esfuerzo por evitar una posible reelección de Lula y para proponer que el presidente sea sometido a un juicio político con fines de destitución.
Lula reiteró que es el principal interesado en la investigación del escándalo y el origen del dinero.
Las autoridades interrogaron este viernes a varios de los implicados en el caso en un intento por determinar de dónde salieron los 1,7 millones de reales (unos 800.000 dólares) que iban a pagar los colaboradores de Lula por el documento.
"Quiero saber qué tramoya es esa, qué celada es esa. ¿Cuál diablos es el contenido de ese dossier que metió a esas personas en ese atolladero? Quién hizo eso no es inteligente", dijo Lula.
Reiteró que tiene confianza plena en ganar las elecciones, aunque no sea en el primer turno.
"No hay elección ganada antes de los escrutinios. Es necesario que trabajemos mucho y si no es posible en el primer turno, no hay problema, es bueno que sea en dos turnos", dijo.
Lula, quien mantiene el 50 por ciento de preferencias en las encuestas, recibió el respaldo de 2.135 alcaldes de 22 partidos, inclusive algunos del PSDB. (EFE)
