La prensa brasileña lanzó sospechas sobre el rápido enriquecimiento de uno de los hijos del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que en los dos últimos años pasó de estar desempleado a ser socio en millonarios negocios.
En un informe de cinco páginas, la revista Veja describió lo que califica como "el negoción de Lulita", en alusión al notable éxito empresarial de Fabio Luis Inácio Lula da Silva, de 30 años.
Sobre ese asunto también hicieron eco la revista Epoca y el diario Jornal de Brasilia, que coincidieron en afirmar que la ola de denuncias que estremece a Brasil está llegando ahora cerca del jefe de Estado.
Veja sostuvo que el hijo de Lula, de profesión biólogo, se ganaba la vida dando clases particulares de inglés e informática hasta que su padre llegó al poder.
En diciembre de 2003, cuando Lula llevaba un año en el Gobierno, Fabio se asoció con dos amigos y fundó tres empresas dedicadas a propaganda y producción de juegos de video, cuyo capital llega en este momento a cinco millones de reales (dos millones de dólares).
Según el semanario, lo más "sospechoso" es que ese capital fue aportado en su totalidad por la telefónica Telemar, que tiene entre sus accionistas al estatal Banco Nacional de Desarrollo (BNDES), con un 25 por ciento, y a fondos de pensión de empresas públicas, con un 19 por ciento.
Telemar admitió a Veja su sociedad con la empresa del hijo de Lula, pero afirmó que en eso no hay nada ilegal.
Las sospechas, sin embargo, aumentan con extrañas relaciones entre fondos de pensión estatales vinculados a la telefónica y bancos ligados al Partido de los Trabajadores (PT), de Lula. (EFE)