Bush presentó nuevo plan migratorio que endurece controles fronterizos

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Autor: Cooperativa.cl

La reforma contempla devolver a todo inmigrante ilegal que se detecte en la frontera de Estados Unidos.

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El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, presentó este lunes en Tucson (Arizona) su plan de reforma migratoria que, explicó, combina un programa para acoger a trabajadores extranjeros con un endurecimiento de los controles fronterizos.

 

En un discurso en la base aérea de Davis-Monthan, Bush afirmó que "EE.UU. siempre ha sido un país compasivo que aprecia al recién llegado y que se enorgullece de su herencia inmigrante. También somos un país que se basa en el mandato de la ley y quienes entran en el país ilegalmente violan la ley".

 

"Los ciudadanos no deberían tener que elegir entre una sociedad acogedora y una sociedad respetuosa de la ley. Podemos tener las dos cosas al mismo tiempo", señaló Bush.

 

Aunque la Casa Blanca había promocionado el plan como una estrategia exhaustiva e innovadora en el problema de la inmigración ilegal, el presidente no proporcionó detalles nuevos sobre un programa que ya había planteado en ocasiones anteriores.

 

"Vamos a endurecer el cumplimiento de nuestras leyes de inmigración, vamos a asegurar la frontera para impedir cruces ilegales y, junto con el Congreso, vamos a crear un programa de trabajadores temporales que restará presión a la frontera, sacará de las sombras a los trabajadores y rechazará una amnistía", dijo Bush.

 

El plan tiene, explicó, tres partes. La primera es "devolver de inmediato a cada inmigrante ilegal que atrapemos en la frontera, sin excepciones".

 

Dentro de este programa, destacó, EE.UU. ha puesto en marcha con las autoridades mexicanas un plan de "repatriación interna" para devolver a su localidad de origen a los cerca de 900.000 indocumentados de ese país que se detienen cada año, que hace más difícil que intenten volver a cruzar.

 

También va a dotar de más camas a los centros de detención para los inmigrantes indocumentados no mexicanos, muchos de los cuales quedan libres por falta de espacio.

 

La segunda parte del plan es endurecer los controles fronterizos y las leyes sobre inmigración, así como fortalecer la vigilancia -mediante un aumento del personal y de los medios- para impedir que la gente cruce hacia EE.UU. de manera ilegal.

 

Pero la propuesta de Bush también prevé la creación de un programa de trabajadores temporales, que podrían desempeñar sus tareas de manera legal durante un tiempo determinado antes de tener que regresar a su país de origen.

 

El plan, aseguró el presidente, pretende "atender las exigencias de una economía que crece y permitir a trabajadores honrados que lleven el pan a sus familias respetando la ley".

 

Se calcula que cerca de once millones de trabajadores indocumentados en EE.UU. podrían beneficiarse de ese programa, que les permitiría permanecer en el país durante un máximo de seis años.

 

La propuesta de Bush pretende contentar, por un lado, a los conservadores que exigen "mano dura" contra la inmigración ilegal, y por el otro, a los empresarios que demandan una vía para que se cubran unos puestos de trabajo que los estadounidenses no quieren.

 

También pretende apelar a una comunidad hispana cada vez más numerosa y que puede tener un voto decisivo en las elecciones del año próximo en el Congreso, cuando se renovará toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

 

Los conservadores alegan que el plan de Bush representa una amnistía enmascarada que recompensa a los inmigrantes indocumentados, mientras que legisladores como el senador demócrata Harry Reid le han instado a "enfrentarse al ala derechista de su partido" porque el endurecimiento de las fronteras por sí solo no es suficiente para hacer frente al problema.

 

En su discurso, Bush reconoció que hay posiciones encontradas: "hay muchas opiniones sobre esta propuesta, lo entiendo. Pero la gente tiene que reconocer que no podremos hacer cumplir de manera efectiva nuestras leyes de inmigración hasta que creemos un programa de trabajadores temporales".

 

La Cámara de Representantes tiene previsto atajar la cuestión de la seguridad de las fronteras pronto y dejar para después el programa de trabajadores, mientras que el Senado estudiará una reforma más amplia en febrero.

 

Cerca de un millón de inmigrantes indocumentados tratan de cruzar cada año la frontera con México para entrar en EE.UU., centenares mueren durante el viaje. (EFE)

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