La ONU presentó este viernes el Plan de Acción de Fez, una medida para que los líderes religiosos de todo el mundo eviten y combatan la incitación a la violencia.
La iniciativa es resultado de dos años de consultas en la ciudad marroquí de Fez lideradas por el asesor especial de Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio, Adama Dieng, junto a personalidades y organizaciones religiosas de diferentes confesiones.
"La voz, autoridad y ejemplo de los líderes religiosos son clave", defendió en la presentación el secretario general de la ONU, António Guterres.
El diplomático portugués subrayó la consonancia que existe entre los principios y valores fundamentales de las distintas religiones y la importancia que la fe tiene para muchas personas en momentos difíciles.
"Sin embargo, alrededor del mundo vemos cómo se retuerce la religión, manipulándola cínicamente para justificar la incitación a la violencia y la discriminación", señaló.
Sospecha, desconfianza e intolerancia
Guterres destacó el "alarmante aumento" de los discursos de odio tanto en Internet como en otros espacios y de los mensajes que animan a utilizar la violencia.
"El discurso del odio planta las semillas de la sospecha, de la desconfianza y de la intolerancia. Con el tiempo, puede tener un rol importante para convencer a la gente de que la violencia es lógica, justificable, incluso necesaria", advirtió.
Por ello, Naciones Unidas insiste en la necesidad de tomar acciones contra esos mensajes con el fin de prevenir atrocidades como genocidios o crímenes contra la humanidad.
El plan de acción está pensado principalmente como una guía para los líderes religiosos e incluye toda una serie de recomendaciones para que contribuyan a la paz y a la estabilidad.
El documento desarrolla estrategias regionales específicas y subraya la importancia de las mujeres y los jóvenes en todas las iniciativas de prevención.