El martes, Keiko Fujimori había dicho que su padre sufría de una lesión en la boca conocida como leucoplasia, lo que fue confirmado, pero no reviste peligro de acuerdo al parte médico.
El estado de salud del ex presidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) es estable y la leucoplasia que padece no reviste gravedad, según una biopsia a la que se sometió este jueves, por lo que seguirá afrontando el juicio que se le sigue por violación a los derechos humanos, confirmaron fuentes oficiales.
El examen realizado por un grupo de médicos a pedido del abogado del ex mandatario, que será presentado el viernes ante la Sala Penal Especial, recomienda que Fujimori continúe en observación y que se someta a un estudio similar en 15 días.
Fujimori contó el miércoles al tribunal que los problemas que padece son consecuencia de una enfermedad que tiene desde hace más de 10 años llamada leucoplasia, un trastorno en la membrana mucosa de la boca que puede derivar en cáncer.
El magistrado César San Martín, que presidente la Sala que juzga al ex gobernante, decidió ese día convocar a especialistas para descartar cualquier enfermedad.
En el examen estuvieron presentes tres galenos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, además del médico personal del ex jefe de Estado.
Fujimori se negó a que el jefe del Instituto de Medicina Legal, Luis Bromley, ingresara a la prueba, por considerar que actúa de forma parcial en su contra.
Bromley había declarado el pasado lunes que el acusado padecía algunos problemas bucales, pero que carecían de gravedad.
El pasado martes la hija del ex presidente, Keiko Fujimori, anunció que su padre sufría de una lesión en la boca conocida como leucoplasia, lo que obligaba a someterlo a una biopsia para descartar un posible cáncer.
Fujimori afronta desde diciembre pasado un juicio por dos casos de violaciones a los derechos humanos, que incluye la matanza de 25 personas en Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), y los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer, poco después del autogolpe de Estado de 1992.
El ex gobernante de 69 años, extraditado el año pasado desde Chile también por cinco casos de corrupción, ha sido acusado por la Fiscalía como autor mediato de las matanzas y ha pedido 30 años de prisión. (EFE)
