Los cardenales deberán jurar antes de votar en la capilla Sixtina.
Se harán dos votación por la mañana y dos por la tarde.
Este martes 12 de marzo, a las 16:30 horas (19:30 hora chilena) comenzará la procesión que llevará a los 115 cardenales electores hasta la capilla Sixtina, donde se encerrarán en cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI, según informó este sábado el portavoz del vaticano, Federico Lombardi.
El portavoz en español del Vaticano, aseguró que los últimos cónclaves "no han durado más de 2, 3 ó 4 días", sin embargo, afirma que no se puede saber con exactitud cuándo habrá nuevo papa porque "no se trata de hacer vaticinios".
En cuanto al cónclave declaró que "es un proceso conclusivo de todo un camino que se ha iniciado con las congregaciones generales y el intercambio de parecer y conocimiento del colegio cardenalicio".
El martes a primeras horas de la mañana, los cardenales se trasladarán a la residencia de Santa Marta, donde se alojarán durante el cónclave.
A las 10:00 (13:00 hora chilena) asistirán a la misa "Pro eligendo Romano Pontífice", que oficiará en la basílica de San Pedro el cardenal decano, Angelo Sodano.
A las 15:45 (18:45 hora chilena) se trasladarán al Palacio Apostólico y a las 16:30 local (19:30 en Chile) comenzará la procesión, de aproximadamente una hora, que llevará a los cardenales desde la capilla Paulina a la Sixtina
Una vez dentro de la Sixtina, se procederá al juramento de los cardenales y después se cerrarán las puertas y comenzará el segundo cónclave del tercer milenio. No se descarta que en la tarde, de ese mismo martes, ya puedan votar.
Las votaciones
Los días siguientes se celebrarán dos votaciones por la mañana y dos por la tarde.
En cuanto a la hora de las fumatas que expresen el resultado, el portavoz en español declaró que no será después de cada escrutinio sino "después del primer bloque de escrutinio por la mañana y después del primer bloque de escrutinio por la tarde".
Si hubiese una "fumata" a media mañana (12:00) o a media tarde (19:00), sería "blanca", es decir los cardenales habrían elegido al sucesor de Benedicto XVI.
