La incautación de la pistola marca Pietro Beretta calibre 380 inscrita a nombre de Augusto Pinochet Ugarte, que estaba en manos de un joven acusado de narcotráfico en Valdivia, Región de Los Ríos, destapó el extravío de 18 armas del dictador que la Fiscalía presume en manos de bandas criminales.
Tras un operativo originado por una balacera en la población Los Jazmines, de la capital de la Región de Los Ríos, se confiscó una pistola que contaba con la inscripción "Augusto Pinochet U." en su mango. Tras verificar en la Dirección General de Movilización Nacional, el Ministerio Público dio con que pertenecía a Pinochet.
Dado lo anterior, las primeras diligencias arrojaron que había sido denunciada por extravío el 30 de abril de 2014, en la 53ª Comisaría de Lo Barnechea, por su hijo Marco Antonio Pinochet Hiriart, según consignó La Tercera PM.
Asimismo, tal denuncia expuso que otras armas habían desaparecido: un fusil, pistolas de marca Glock, Zick, Colt, SIG Sauer y revólveres Taurus. En total, 18 armas extraviadas.
El parte policial de ese entonces, resume que "el día 01 de enero de 2014, efectuó un inventario de las cosas de su padre, Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, en la que era su residencia ubicada en Los Flamencos Nº 3796, Lo Barnechea, percatándose que faltaba un gran número de armamentos de diferentes marcas y calibres, y que tenía debidamente inscritas con descripción de coleccionista y una de ellas con descripción de arma para defensa personal".
"Hasta la fecha de la denuncia, a saber, 30 de abril de 2014, no han sido encontrados, por lo que presume que hayan sido regalados, o vendidos por su padre, desconociendo las identidades de las personas que podrían tener dichos armamentos", señala el documento.
La Fiscalía Metropolitana Norte tomó la denuncia, pero en junio del mismo año invocó la facultad de no iniciar investigación, solicitud acogida por el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, ya que, "no consta en la denuncia la existencia del ánimo de apropiarse de cosa ajena, con el objeto de causar perjuicio a otro", dijo el fiscal Paul Martinson en ese entonces.
Sin embargo, nueve años más tarde, el Ministerio Público abrirá una investigación aparte a la original, causada por la balacera, debido a que se presume que estas armas puedan estar en manos de bandas criminales o comercializadas en el mercado negro.
Tal trabajo quedó en manos del fiscal regional de Los Ríos, José Agustín Meléndez, quien ya dispuso a recabar todos los antecedes de causa originada en la Fiscalía Oriente, para comenzar a trazar el origen, recorrido y último paradero, del arsenal perdido.
