Un estudio del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) arrojó el significativo costo que pueden llevarse las mujeres del país anualmente en productos para contener la menstruación y los dolores que esta conlleva.
Además de realizar una encuesta online a nivel nacional a 10.545 personas, la repartición hizo un "levantamiento de precios de los principales productos de contención menstrual en farmacias, supermercados y tiendas especializadas", así como entrevistas con expertos y conversatorios para elaborar el análisis, explicó en El Diario de Cooperativa el director del Sernac, Lucas del Villar.
En concreto, se determinó que "una canasta básica de productos de este tipo puede valer el doble si es que no se cotiza adecuadamente", partiendo por aquellos que contienen el flujo.
"El 44 por ciento utiliza las toallas higiénicas, que quizás es el producto más conocido; casi un 10 por ciento de mujeres usa exclusivamente la copa menstrual, que es un producto de mujeres más jóvenes; y también hay otros productos sustentables y bastante novedosos que son reciclables, y por tanto, si bien se usan menos, es interesante porque pueden ser más económicos a largo plazo", apuntó Del Villar.
A modo de ejemplo, indicó que una copa menstrual "vale alrededor de 15.000 o 16.000 pesos, y eso determina que los productos más baratos pueden durar hasta 10 años"; Algo similar pasa con un calzón menstrual que cuesta 80.000 pesos.
Por otro lado, el Sernac constató que "casi el 70 por ciento de ellas utiliza algún tratamiento para aliviar los dolores, que son antinflamatorios o anticonceptivos", y tomando en cuenta sus precios y el que "estamos hablando de un proceso biológico que puede durar de tres hasta siete días, en promedio, una mujer puede gastar más de 120.000 pesos al año" en estos medicamentos.
FALTA DE INFORMACIÓN Y POLÍTICAS PÚBLICAS
El estudio también aborda la dimensión social de esta materia: Del Villar precisa que la mitad de las consultadas sostuvo que "no ha tenido ningún tipo de educación formal en relación con gestión menstrual, es decir, en sus establecimientos educacionales no recibieron ningún tipo de instrucción de salud o higiene, ni del proceso mismo".
Entre otros hallazgos que resaltan está "la falta de acceso a este tipo de productos durante la pandemia", puesto que "la mitad de encuestados dijo que le costó encontrarlos, sea por problemas económicos, de disponibilidad o logísticos" que dificultaron el poder comprarlos oportunamente.
Al respecto, el análisis del Sernac propone la pertinencia de "políticas públicas que se han adoptado en otros países: por ejemplo, el rebajar o quitar derechamente el IVA de estos productos como se ha hecho en países de nuestra región, en Francia o Inglaterra".
Otras naciones también han optado por "disponerlos gratuitamente; generar planes educativos; en Japón hay licencias laborales relacionadas con la gestión menstrual, y también promover productos más sustentables".
