Carmen Castillo aseveró que aún falta dar con los responsables civiles y militares de la dictadura.
"Es el día en que se quiebra mi vida", recordó.
Miguel Enríquez, médico y padre biológico de Marco Enríquez-Ominami, fue el secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Murió a los 30 años.
Carmen Castillo, pareja de Miguel Enríquez al momento de su muerte, recordó en Cooperativa la importancia de los hechos ocurridos el 5 de octubre de 1974, luego que el ministro en visita Mario Carroza decidiera procesar a Miguel Krassnoff por el asesinato.
En conversación con La Historia es Nuestra, Castillo recordó que "he trabajado mucho en torno al 5 de octubre (...) el día que determina para mí el valor fundamental de la resistencia armada contra el aparato militar y la máquina de matar que viene ese día como tantos otros días, en todos esos años, a matar".
"En lo que me concierne personalmente, es el día en que se quiebra mi vida. El exilio, la muerte y los que yo quiero, la muerte de mi hijo posteriormente. Hay allí un hecho esencial de cómo vivimos a partir de ese momento haciendo que ese instante, ese acto de resistencia de Miguel Enríquez se convierta en un acto de referencia, como un faro, como una luz, para no perdernos en que debemos vivir y debemos continuar la lucha para vivir y para que algún día, si algún día hay una verdadera pacificación, ese día será el día en que la revolución vencerá", recalcó.
"Las luchas del presente tienen que ver con lo que se instauró con la fuerza militar. Entonces, a mí me parece importante esa reconstitución", indicó.
Castillo explicó que "el día de la reconstitución (de escena) no hubo confrontación con Krassnoff. Lo vi de lejos y sentí que la arrogancia de los vencedores, la imposibilidad que tienen de visualizar la barbarie, la violencia que ejercieron".
"Detrás de Krassnoff, o digamos por encima de Krassnoff, están los responsables civiles y militares del Golpe de Estado y eso yo no lo olvido nunca. Falta mucho entonces al proceso de la justicia", dijo.
Finalmente, Castillo recalcó que "Krassnoff es uno más de una máquina y esa máquina de la dictadura es una máquina cívico-militar".
