Explicó que deberá estar basado en la dignidad humana, justicia social, respeto a la diversidad y el diálogo.
Asimismo pidió caminar hacia la paz en La Araucanía.
El mensaje de Ezzati marcado por un llamado a al igualdad social.
El arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, hizo un llamado a convocar a un gran propósito nacional basado en el diálogo este jueves durante su homilía en la Catedral Metropolitana.
La autoridad religiosa recordó que "en otros tiempos de nuestra historia, tuvimos la cordura de meditar sobre el 'alma de Chile' y agruparnos en torno a valores fundamentales. En tiempos en que no se vislumbraba una salida pacífica al Régimen Autoritario".
Tras esto se preguntó, "¿Será muy ingenuo pensar en convocar a un gran propósito nacional, basado en el Diálogo Social, concebido como un decisivo pilar para avanzar y concretar una nueva cultura de 'proyecto país' que permita unirnos en torno a los principales desafíos y oportunidades que enfrentamos, para humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile?".
Ezzati explicó que tal propósito debe estar basado en la dignidad humana de las personas, en una cultura donde no se nos valore por las competencias y el dinero; también deberá tener sus pilares en la justicia social, donde haya equidad, igualdad de oportunidades, el acceso de todos los chilenos, especialmente de los más pobres, a los bienes esenciales.
Además el gran propósito deberá estar basado en el respeto y la valoración de nuestra diversidad, en ese sentido "el respeto de las creencias, de los valores, de los pueblos originarios, de las opciones de vida, debe ser una norma de nuestra convivencia".
Por último, el monseñor indicó que deberá estar basado en el diálogo y la generosidad, "fomentando nuestra capacidad de empatía y de humildad, de inclusión, tratando de liberarnos de los prejuicios e intolerancias que nos impiden ver al otro como es".
Equidad social
El mensaje de Ezzati marcado por un llamado a al igualdad social, asegurando que en "esta nueva página de la historia patria demanda de nosotros también una nueva forma de convivencia, más acogedora, más inclusiva, más integradora, que destierra la desconfianza y el miedo. Una manera más participativa de resolver los conflictos actuales".
"Es intolerable que en un mismo suelo haya ciudadanos de primera de segunda y a veces de tercera, eso no es de Dios. Es intolerable que seamos incapaces de derrotar la pobreza extrema y que los pobres sigan esperando", sostuvo.
Asimismo enfatizó que "es urgente marcar un camino que permita avanzar decididamente hacia la paz social, especialmente en La Araucanía, cuyo conflicto se arrastra por demasiados años cobrando víctimas y retrasando el desarrollo".
