Su directora Susana Tonda expresó que la medida apunta a "una mayor estabilidad de la institución".
Recalcó que las personas que están bajo su cuidado "no quedarán sin atención".
Susana Tonda, directora ejecutiva del Hogar de Cristo, aseguró que el cierre de 31 centros y el despido de 364 personas es una "decisión dolorosa" pero que apunta a asegurar la estabilidad de la institución en el mediano plazo.
"Es tre
mendamente lamentable, para nosotros es una decisión muy difícil, pero de verdad creemos que es un imperativo ético hacerlo. Estamos absolutamente convencidos de que por más doloroso que sea, va en beneficio de las personas acogidas", indicó Tonda.
Además dejó en claro que "estamos convencidos de que (el cierre de centros) no volverá a ocurrir, ni con nosotros ni con otras fundaciones, pero para ello requerimos de la generosidad de las grandes empresas, que las personas naturales, como le llamamos a nuestros socios, nos sigan apoyando".
"Aunque mucha gente no lo cree, hace muchos años tenemos déficits operacionales que uno los va manejando, porque somos una institución pobre. Pero se agravó porque el terremoto nos golpeó fuerte, nos golpeó con infraestructura, con gastos y este año han bajado notoriamente las donaciones de grandes empresas", dijo en diálogo con Una Nueva Mañana.
La directora ejecutiva del organismo aseguró que "lo estamos haciendo con mucha tranquilidad y con ello estamos asegurando la estabilidad y la misión del Hogar de Cristo en el mediano plazo, esa es la razón".
"Las personas no quedarán sin atención, estamos tomando las precauciones y los periodos necesarios para hacer los traslados a otras instituciones o a otros centros nuestros, pero tengan la seguridad que nadie quedará sin ser visto", recalcó.
Un grave déficit económico que alcanza a los 3.500 millones de pesos obligará al Hogar de Cristo a cerrar 31 de sus 803 centros de acogida, trasladar a 700 beneficiarios a otras instituciones y despedir a 364 personas, equivalentes al 9 por ciento de la planta de funcionarios.
