El sacerdote franciscano fue designado para reconstruir la comunidad religiosa de la Diócesis de Osorno.
"La Iglesia está viviendo un proceso, que no ha terminado", reflexionó.
Concha, de 60 años, se consagró sacerdote de la orden de San Francisco de Asís en 1986.
A 24 días de la renuncia masiva de obispos, tras una serie de reuniones con el papa Francisco en Roma, este lunes se conoció que el pontífice decidió aceptar la dimisión de tres religiosos, entre los que se encuentran Juan Barros, el polémico obispo de Osorno.
Su reemplazo -hasta que Francisco decida quién será el nuevo obispo de esa Diócesis, será el obispo auxiliar de Santiago, Jorge Concha Cayuqueo, quien oficiará como "administrador apostólico" de la ciudad de la región de Los Lagos.
Concha, de 60 años, nació en junio de 1958 en Carahue, Araucanía, y se consagró sacerdote de la orden de San Francisco de Asís en 1986.
En junio de 2015 Francisco lo nombró obispo auxiliar de Santiago, primera vez que un pontífice confiaba ese cargo a alguien de descendencia mapuche. En agosto de ese año, el cardenal Ricardo Ezzati lo ordenó obispo en la catedral.
Fue en octubre de ese mismo año que se refirió a las acusaciones contra de Fernando Karadima, y dijo que los denunciantes le parecían "personas valientes, que hicieron un gran servicio al país".
"La designación de Barros en Osorno fue fuerte para todos"
En conversación con La Tercera, el nuevo responsable de la Diócesis de Osorno catalogó el proceso que vive la Iglesia como necesario. "Ha sido muy sorpresivo para todos, en términos de dolor y de mucho dolor para muchos, para las víctimas, para mucha gente sencilla del pueblo de Dios".
"Han sido también sorprendentes los vuelcos que ha tenido, las cosas que se han dicho (...) Estamos viviendo un proceso, esto no ha terminado", dijo Concha Cayuqueo.
"(En Chile) había dificultades, muchas, que están apareciendo por goteo... Era una situación difícil, y aquí se necesitaba una intervención como la que se está dando, una intervención mayor", agregó.
Respecto a la designación de Barros en Osorno, que desencadenó los desencuentros entre los fieles, el sacerdote franciscano aseguró que "en aquel momento quizás no se pensó, no se evaluaron bien los pasos y la elección, porque esto ha sido muy fuerte para todos, sobre todo para la comunidad de Osorno".
"La evaluación que se hizo fue seguramente insuficiente y no resultó como se esperaba", concluyó.
Llamado a la unidad y al diálogo
Por último, Jorge Concha Cayuqueo hizo en Cooperativa un llamado a la unidad de la comunidad católica en Osorno para poder superar la crisis.
"Faltó mucho más dialogo y entendimiento. Seguramente, en el comienzo se tuvo una visión de la realidad que no coincidía con lo que era y eso no resistió. Por eso han sucedido las cosas como han sucedido", dijo respecto a la situación actual.
"Tan tranquilo no (estoy), pero estoy muy confiado y con una disponibilidad a colaborar y poner todo lo que este de mi parte si puede servir para buscar la comunión, la unidad, el diálogo, el entendimiento. Yo voy a hacer todo lo que esté de mi parte", agregó.
