La Fundación ProCultura anunció este viernes el cese de todas sus actividades como consecuencia de los coletazos del caso convenios.
La ONG, con 14 años de existencia, fue objeto de críticas y sospechas debido a la enorme variedad de sus servicios, que iban desde la educación, la salud, la vivienda, el medioambiente, el deporte y la ciencia hasta la recuperación de fachadas.
Adicionalmente fue cuestionada debido a la cercanía de su director ejecutivo, el siquiatra Alberto Larraín, con el Presidente Gabriel Boric y la exprimera dama Irina Karamanos, aunque él negó en julio, en declaraciones a La Segunda, ser parte de su "círculo cercano".
"Con profundo pesar queremos informar que hemos llegado a la dolorosa decisión de cerrar nuestras actividades (...) a contar de hoy 17 de noviembre. Este cierre es consecuencia del irreparable daño patrimonial y reputacional que produjo el cuestionamiento político y comunicacional a nivel nacional producto de algunos casos asociados a la asignación de recursos públicos a diversas fundaciones", dijo la organización mediante un comunicado.
"IMPACTO DEVASTADOR"
"En este contexto, los organismos estatales quitaron todo apoyo a las fundaciones y de forma unilateral, sin sustento jurídico, nos impidieron continuar con nuestra labor, lo que finalmente ha hecho inviable continuar con nuestra operación. Esto impidió tanto la asignación de nuevos (proyectos) como la renovación de aquellos que se encontraban en ejecución y su proceso de cierre", explicó.
ProCultura denunció además "el incumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado en proyectos tan emblemáticos y significativos socialmente como el Circuito Lota Patrimonial, (lo que) tuvo un impacto devastador en el estado financiero de la fundación, que culminó en un desgaste tan relevante como irreversible".
"Creemos sinceramente en el impacto positivo que hemos logrado juntos y en el que quisimos lograr", dijo la ING al cierre, reivindicando sus "más de 300 proyectos en 47 comunas y 11 regiones" a lo largo de 14 años.
