Según la acusación de la madre Enrique Orellana ultrajó a sus tres hijas.
Dos juicios anteriores -uno absolutorio y otro condenatorio- fueron anulados por la Corte Suprema.
El ejecutivo afirma estar viviendo "un infierno, una pesadilla".
A las 10:00 horas de este miércoles el Cuarto Tribunal Oral en Lo Penal entregará el veredicto definitivo en el caso contra el ejecutivo del Banco Central Enrique Orellana, acusado de violar a sus tres hijas entre 2009 y 2010, cuando las niñas tenían tres, cuatro y nueve años de edad.
El caso se ha extendido por más de dos años debido a que los dos juicios anteriores fueron anulados: el primero había decretado la inocencia del imputado y el segundo lo condenó a 60 años de cárcel.
En la jornada del martes el acusado el ingeniero comercial, gerente de comunicación y márketing de Política Monetaria, insistió en su inocencia y rogó una oportunidad al tribunal.
"Yo todavía creo que mis hijas y yo tenemos una posibilidad, pero esa posibilidad depende de ustedes, es la posibilidad que mis hijas puedan crecer sabiendo la verdad, sabiendo que su papá jamás las violó, jamás las abusó, jamás les hizo ningún daño", dijo el imputado.
"Nunca he violado a mi hija, nunca la he abusado y nunca he hecho ninguna de las barbaridades que se han dicho, lo único que he hecho por mis hijas es quererlas, cuidarlas y darles todo lo que pude para que ellas fueran unas niñas felices", añadió Orellana.
Por su parte, la ex esposa del imputado, Yamile Caba, se mostró confiada en que el tribunal condenará a Orellana.
"Estoy tranquila y confiada en la Justicia chilena. Que él rehaga su vida, yo necesito rehacer mi vida con mis hijas", dijo a mujer, que contó que las tres niñas padecen "depresión severa" producto de lo vivido.
Durante las últimas semanas tanto el acusado como sus hijas y su ex esposa declararon en tribunales. Entre esos testimonios impactó el de una de las niñas quien afirmó que "mi papá me hacía cosas raras".
El dictamen -inapelable- será leído por el presidente del tribunal, Cristián Soto, y tras éste sólo quedará pendiente la redacción de la sentencia, ya sea condenatoria o absolutoria.
