La Corte de Apelaciones de Santiago permitió que una mujer de 38 años ahora sea hombre.
Solicitud había sido rechazada en primera instancia por el 14° Juzgado Civil de Santiago.
Esta persona no tendrá en certificados emitidos por el Registro Civil ninguna mención sobre su condición sexual previa.
En un fallo inédito, la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago autorizó a una mujer de 38 años convertirse legalmente en un hombre antes de realizarse la cirugía que la hará cambiar completamente de sexo.
Los jueces del tribunal de alzada también permitieron a la mujer, que se sentía hombre desde los 14 años, invertir sus apellidos, solicitud realizada para agradecer el apoyo de su madre en todo este proceso.
La abogada Daniela Hirsch, que fue quien llevó el caso, explicó a La Segunda que "este tipo de demandas se hacen usando la ley que regula el cambio de nombre y toman mucho tiempo más que un juicio común. Mi experiencia es que un cambio de nombre demora seis meses, aquí se demoraron 18".
Según cuenta el vespertino, la solicitud había sido rechazada en primera instancia por el 14° Juzgado Civil de Santiago, luego que el proceso se iniciara tras la publicación en el Diario Oficial de un aviso anunciando el cambio, en caso de que alguien se opusiera, lo que en este caso no sucedió.
En el primer fallo, el argumento del juez Osvaldo Correa para rechazar la solicitud fue la ausencia de antecedentes médicos que acrediten la identidad de género, lo que se revirtió en la Corte de Apelaciones.
"La identidad de género no está vinculada a la existencia de órganos sexuales, porque determinar si una persona puede someterse a una cirugía requiere un conocimiento clínico de la persona y porque el derecho sobre el propio cuerpo es exclusivamente personal", sentenció la abogada Hirsch.
Tras este fallo emitido el 9 de marzo pasado, esta persona no tendrá en certificados emitidos por el Registro Civil ninguna mención sobre su condición sexual previa, podrá usar baños para varones, participar en procesos de adopción de niños y casarse co su actual pareja de sexo femenino.
Ahora queda la operación de reasignación genital, para la cual en la actualidad sólo dos hospitales públicos tienen la tecnología necesaria para realizarla.
